Friday, June 17, 2005

En Memoria de Adolfo Aguilar Zinser

Por Ernesto Castañeda.

Como muchos intelectuales, a la vez cosmopolitas y nacionalistas, Adolfo Aguilar Zinser veía al Mundo desde México y a México desde el Mundo. Haciendo un estudio profundo de la historia y las ciencias sociales anhelando un mayor desarrollo nacional para que México ocupara un mejor lugar en la comunidad de naciones.


Estudiando su maestría en la Kennedy School y como profesor visitante en universidades en Washington, Chicago y Berkeley, estudiaba a México con la distancia y nueva perspectiva que le daba el país del norte al cuál admiraba a la vez que recelaba, lo que su ambición le había costado a México y a otros países del tercer mundo. Por décadas estudió la relación bilateral.


Incluso antes de entrar al equipo de Fox me tocó oírlo hablar de los muchos malentendidos históricos entre México y Estados Unidos, polémicas y mala comunicación, así como un profundo desconocimiento del “otro.” El veía la relación México/EU basarse más en estereotipos añejos que en la aceptación del otro con todas sus complejidades y matices. Que irónico que como diplomático y como funcionario público se haya visto envuelto en estas diferencias y malos entendidos.


Varias veces tuve la oportunidad de charlar con él en Berkeley, en Nueva York. La última vez que lo ví fue en el DF hace un año tomándose un café con Muñoz Ledo. Sus análisis de la situación nacional e internacional siempre eran inteligentes y documentados. Adolfo Aguilar Zinser era un ejemplo del intelectual público que no le temía a ser parte del gobierno a pesar de los arduos retos a enfrentar. Comprometido con el país, era guerrero de las ideas, las cuáles abanderaba con más pasión y lealtad que sus filiaciones partidistas. No buscaba el poder en sí mismo pero sabía que si quería influir como individuo tenía que estar cerca de los centros de poder donde se hacen las decisiones.


Adolfo Aguilar Zinser fue uno de los muchos motores que permitió el cambio democrático en México. Siempre se mantuvo congruente, crítico e independiente. Sin temor se declaraba pasionalmente en desacuerdo con gente poderosa, rompió varias amistades temporalmente e incluso platicaba que fue secuestrado por criticar al ejército.


Apoyo a Cárdenas en su segunda campaña pero no por eso dejo de ser crítico del PRD. Nieto de Miguel Ángel de Quevedo fue también un ecologista. Compitió para senador bajo el Partido Verde aunque después se distanció de él. Debido a sus desencantos con los partidos que lo nombraron como candidato fue en la práctica uno de los primeros legisladores ciudadanos independientes, incluso en un país donde los partidos son los ejes principales del acceso al poder.


Fue miembro del Grupo San Ángel y otros grupos de influyentes ciudadanos que impulsaban no sólo ideales sino programas y agendas específicos. Junto con su amigo Jorge G. Castañeda se opuso a algunas de las limitaciones del Tratado de Libre Comercio tanto en México como en EU por lo que levantó la animadversión de Carlos Salinas.


Cuando la campaña de Fox era un proyecto incierto, se unió a su equipo. Bajo la lógica del voto útil, buscó apoyo para Fox más allá del PAN y fue el encargado de relaciones internacionales en el equipo de transición. Junto con Fox y Castañeda elaboró un plan para crear una nueva relación entre México y EU, la cuál valientemente se intentó aunque lamentablemente fracasó porque para el dialogo se necesita de dos.


La Secretaría de Seguridad Nacional resultó exitosa en cuanto al trabajo bilateral cotidiano en relación a inteligencia, fronteras y aduanas pero obtuvo poca atención de los medios. Como embajador dependió de Jorge G. Castañeda y luego de Luis Ernesto Derbez a los que nunca pudo ver como jefes sino como colegas con los que podía estar en desacuerdo. En la ONU se encontró con las resoluciones en torno a la guerra en Irak. Que irónico que como capacitado interlocutor entre el gobierno Mexicano y el Estadounidense Adolfo Aguilar Zinder haya sido en cierto sentido presa de este conjunto de malos entendidos e ignorancia de los que tanto escribía.


Adolfo se sabía especial, como embajador de México en la ONU se codeaba seguido no sólo con los diplomáticos y burócratas de la ONU sino con Colin Powell, Condoleeza Rice, Kofi Annan y Dominique de Villepin entre otros, no como adulador sino como igual. Listo para hablar con ellos de frente y honestamente preparado para aliarse con ellos o debatir contra ellos con base en su propio discernimiento crítico y moral. De esta manera fue clave en forzar a la Secretaría de Relaciones Exteriores y al gobierno Foxista, un poco a pesar de sí mismos, no sólo a negarse a darle un sello a la invasión de Irak sino en oponerse a ella abiertamente.


Aguilar Zinser optó por la posición moral en contra de una guerra imperialista disfrazada con lenguaje antinuclear. Lo hizo aún en contra de personas dentro del círculo foxista que recomendaban usar este voto estratégicamente y cambiarlo por una supuesta posible amnistía para nuestros paisanos en EU. Aunque no era muy clara la posibilidad de que Bush cumpliera esta promesa, Aguilar Zinser se peleó con viejos amigos, se la jugó y busco ser mártir y líder moral en contra del apoyó de la ONU a la invasión a Irak. Estuvo del lado de los cancilleres de Francia y Alemania quienes tenían intereses económicos que serían afectados en Irak.
A pesar de que la historia le dio la razón, al comprobarse lo que mostraban Hans Blix sobre la falsedad de la existencia de armas nucleares en Irak, esta oposición le costó a Aguilar Zinser el puesto ante el Consejo de Seguridad unas semanas antes de que México dejara de ser miembro temporal del Consejo junto con Chile en representación de Latino América. La excusa fue una conferencia en la Universidad Iberoamericana donde ante la desilusión por la actitud americana que tomaba el apoyo de México por sentado, comentó que las elites americanas veían a México como el patio trasero de EU lo que ofendió a Fox; presiones de Powell y Bush precipitaron su renuncia y una ruptura pública con Fox.


Adolfo Aguilar Zinser era humano e imperfecto como todos. Tenía días buenos y otros no tanto. Cuando no podía convencer a otros con sus argumentos a veces la cólera y la soberbia lo tomaban preso pero sobre todo se llenaba de frustración entre lo ideal y lo bajo de la política pública e internacional. Adolfo Aguilar Zinser tenía muy altas ambiciones y expectativas de sí mismo, de México y del mundo. A veces brotaban en él las comunes inconformidades de las elites, para las cuáles el México real, con sus complexidades y problemas difíciles de resolver, le quedaba chico, y la distancia entre el México real y el proyecto de un nuevo México lo desesperaba y llenaba de ansiedad e insatisfacción. Lejos de sólo quejarse Adolfo trataba de amar el país por lo que era y de actuar y trabajar para hacer esos cambios realidad.


Adolfo Aguilar Zinser militó en muchas causas, banderas y partidos no sólo por su gran ambición y protagonismo sino también porque con su inteligencia y capacidad tenía mucho que aportar al país un intelectual público que no resistía mirar desde lejos las acciones que tenían el potencial de cambiar el país.
Con una excelente salud, una mente muy lúcida y muchas metas y sueños aún por cumplir murió Adolfo Aguilar Zinser. Lástima que su muerte allá sido tan llana y prematura, justo unas semanas después de la muerte de su madre. Nacido dentro de una prominente familia, contaba con un capital económico considerable, sobre todo en relación con la mayoría de la población, con una familia muy influyente y sobre todo con un alto capital cultural.


El nombre de su hermano Alonso Aguilar Zinser también ha salido mucho últimamente en los medios por ser abogado defensor de Raúl Salinas. A la pregunta expresa que le hice a Adolfo hace unos años sobre los clientes que defendía su hermano me contestó, “¿Que querías, que siendo un destacado abogado penalista defienda a las hermanas de la caridad?” Como criminalista destacado, al igual que su padre, el hermano defiende casos polémicos de conocidos personajes, sin embargo esto no tiene por qué servir como ataque fácil contra la moral de Adolfo Aguilar Zinser, que en paz descanse.


Sin duda Adolfo Aguilar Zinser era una persona comprometida con su país, un intelectual público, un pensador crítico que no tenía miedo a participar y convertirse en actor y propulsor de los cambios que imaginaba. Que sirva de ejemplo a todos los que aún quedamos.




Ernesto Castañeda Tinoco es graduado de la Universidad de California Berkeley actualmente estudia el Doctorado en Sociología en la Universidad de Columbia en Nueva York. Comentarios: ernestoforo@yahoo.com

Saturday, June 11, 2005

La Restauración Nacional

Por René A. Ramos.

“Amo a quienes como pesadas gotas caen una por una de las oscuras nubes sobre el hombre: pues son heraldos de que el relámpago ha de venir y están dispuestos a sucumbir como heraldos”.

- Friedrich Nietzsche –

La paradoja del mexicano en los eventos internacionales es evidente: una mexicana obtiene plata en ciclismo y es objeto de fiesta nacional, cuando en otros países constituye un desafortunado intento de obtener la gloria olímpica. Sin embargo, una medalla de plata para una mexicana seguramente vale más que el oro de una norteamericana, ¿por qué? Sencillamente porque esta mexicana representa el caso ejemplar de una persona que ante todas las circunstancias adversas del país, no sólo pudo vencer a sus rivales atletas internacionales, sino también a todo burócrata ineficiente del que no recibió recursos; sobrepasó todas las dificultades de infraestructura deportivas inadecuadas, su motivación sobrecompensó todos los programas de entrenamiento y alimentación que otros países proveen a sus atletas, venció todos los intentos de una federación deportiva por minimizarle sus oportunidades olímpicas, pero más importante, sobrepasó las pesadas cargas de una cultura mexicana que poco le importa el deporte nacional. Sólo bajo este lente, podemos entender que la plata para Belén Guerrero es en realidad un metal más precioso que el oro mismo.

Siguiendo este mismo ejemplo, los medios rápidamente averiguaron que el presidente del comité olímpico mexicano tuvo su estancia en Atenas en uno de los mejores hoteles de Grecia, donde inclusive los jefes de estado de muchos países se dieron el lujo de hospedarse. Es increíble realmente que una federación del deporte argumente que carece de fondos para armar un buen comité olímpico, siquiera para proveerle una buena bicicleta a Belén, pero mientras, efectivamente tiene la capacidad para hospedar a su presidente en un hotel en el que se derrocha lujo.

Este caso se extiende no sólo a la vida deportiva del país, sino a muchos más casos que perjudican la vida social y económica de este país. Sólo para citar otro ejemplo, y del cual estoy personalmente más enterado debido a mi esfera laboral, menciono a continuación: ¿sabe usted cuánto le cuesta al país sostener a un diputado federal –llámesele bonos, prestaciones, “herramientas de trabajo”, salario base, deducciones, seguro médico, etc.? El dato que apareció en el Economista en una de sus ediciones fue más de ¡$250,000 pesos mensuales! ¿Sabe usted que con esa suma se puede extender una línea de crédito mensual muy significativa a 25 PYMES? Si a mí me pregunta en lo personal, yo como ciudadano prefiero apoyar a 25 microempresarios que permitan atenuar la marginación social y que creen las bases para un desarrollo sostenible que alimentar a una aristocracia pública que ni siquiera es capaz de aprobar una ley de egresos hasta esta fecha (mayo 2005) y que en teoría debería haber estado funcionando desde enero, para que de esta manera las dependencias públicas estuvieran trabajando bajo presupuestos claros y consistentes a las capacidades financieras del país.

¿Cuántos casos más existirán en la vida del país que no hemos considerado y que de cierta manera, parecen inclusive hasta cuentos de niños? Cerca de la ciudad de Chihuahua inauguraron hace un par de años la nueva planta termoeléctrica. Era de tal grado tecnológico que hasta japoneses tuvieron que ser contratados para diseñarla y ponerla en operación. Un grupo de ingenieros japoneses, fascinados al ver que la vida laboral en México era tan flexible, aceptaron irse a echar una copas con los técnicos mexicanos (lo cual no pudieran haber hecho en Japón por supuesto). Ya después de que los colores se les subieron a esos pálidos rostros orientales, los ingenieros japoneses, restringidos por la barrera lingüística que enfrentaban con sus compadres mexicanos, y a través de una extraña mezcla de inglés poco ortodoxo y un gesto de mover la cabeza de lado a lado como en forma de desaprobación, confesaron: “you Mexicans, no, no, no, …”.

¿Sabían ustedes que sólo el 13% de toda la inversión extranjera directa del mundo desarrollado se coloca en países en desarrollo según los datos de la Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD) para el 2002? ¿Por qué creen ustedes? Sencillamente porque el 87% de la inversión extranjera encuentra económicamente más competitivo invertir en países con estructuras productivas eficientes como lo son las de otros países desarrollados que invertir en países como México donde los japoneses dicen “no, no, no,…”, o en países donde el desarrollo está obstruido por parásitos públicos que no avanzan ni dejan avanzar (algo así como la alegoría de los cangrejos en la cubeta).

¿Realmente creen ustedes que las reformas estructurales serán la cura de nuestros problemas de competitividad internacional? ¡No seamos fetichistas! ¡Nunca alcanzaremos a otros países que tempranamente desarrollaron e implementaron políticas coherentes de desarrollo desde mediados del siglo pasado si nosotros, aún hasta el día de hoy, seguimos tirándonos la pelotita entre partidos políticos para ver quien se lleva el mérito de colgarse las medallas de reforma en el país!

¿O a caso creen ustedes que la democracia va a venir como una ola de luz al amanecer que irá iluminando nuestro país mientras salga el sol cada vez más? ¡Por su puesto que no! ¡No nos comamos las mentiras de los países poderosos que buscan implementar sus políticas de primer mundo en una realidad tan retrógrada como la nuestra! ¡Nuestra realidad es diferente, y en nuestro caso no podemos pensar que la democracia es la varita mágica que al tocar los problemas nacionales los convierte supuestamente en soluciones a través de un mayor consenso público! ¿Cuál democracia amigos? ¿Le podemos llamar democracia a un país donde esperamos que un pueblo otorgue decisiones bien estructuradas cuando las autoridades viales pueden ser corrompidas por $20 pesos? ¿Dónde el público intercambie su voto por un costal de cemento o un buen desayuno el día de las elecciones? ¿Dónde las campañas electorales sean un concursos de imagen “Mr. Mexico 200X” cuyo vencedor sea el que coloque un mayor y mejor número de fotografías suyas en las paredes y postes de la ciudad (si tiene buena sonrisa, palomita; si está remangado, palomita; si cubre la papada, palomita; etc.)?

No requerimos de estadistas que nos sugieran qué modelos políticos somos los mexicanos susceptibles de importar. De letrados defensores de la democracia y del desarrollo que nos expliquen cuáles fueron las vías del éxito de sus países. Saben, ahora recuerdo que en el libro “El líder que esperamos” escrito por un célebre miembro de la orden masónica del país, expone al principio un breve relato que narra un momento donde el presidente de los EEUU estaba un poco preocupado porque temía las posibilidades de una agresión mexicana en cualquier momento oportuno luego de su anexión de la mitad del territorio nacional, para lo que uno de sus consejeros sagaces y visionarios (como se han caracterizado ser los norteamericanos desde siempre) le sugirió: “no intentes colocar un estadounidense como jefe de gobierno, pues sabes que los mexicanos nunca lo aceptarían (evidente después de la ejecución de Maximiliano), mejor coloca un ciudadano mexicano que hayamos formado en nuestras universidades y bajo nuestros propios conceptos para que de esa forma implemente las políticas que creamos adecuadas a nuestros propios intereses”.

Si es preciso decir que este 2010 celebraremos cien años del inicio de nuestra revolución y también cien años del inicio de nuestra independencia, ¿será posible que como en el caso de Porfirio Díaz en 1910, las festividades nacionales no puedan llevarse a cabo acordemente porque la gente esté desahuciada al ver que ni la derecha, ni el centro, ni la izquierda “inteligente” de López Obrador pudo resolver los problemas nacionales más urgentes? Me refiero a que luego de 4 años de gobierno de una izquierda que busca paliar las necesidades básicas de la gente desprovista a costas de generaciones futuras, los mexicanos finalmente se den cuenta que es imposible pedirle manzanas a un árbol de peras llamado México. Los árboles de peras dan peras porque son árboles de peras, y por más que los cubramos de ramas de manzano jamás darán manzanos porque es la naturaleza propia del árbol de peras dar peras. Asimismo, es la naturaleza del árbol mexicano ser incapaz de dar los frutos de democracia, justicia y equidad porque el árbol mexicano no tiene otra naturaleza. ¿Qué necesitamos? ¿Otros 200 años para demostrarlo?

Lo que necesitamos amigos, son heraldos mexicanos que levanten la voz ante las circunstancias actuales del país y no permitan más convertirse a sí mismos y a sus hijos en testigos de la eterna “conveniente insatisfacción” del mexicano, característica de aquellos cuyo tema diario son los numerosos problemas que enfrenta el país pero que se quedan de brazos cruzados esperando que las corrientes del primer mundo cobijen la problemática del tercer mundo. Basta de mentiras, basta de celebrar a una medalla de plata como el máximo honor que podemos aspirar como pueblo. Al país no le urge una reestructuración, es decir, reacomodar sus estructuras de forma diferente (el mismo huevo pero cocinado de diferente forma); más bien, primero requiere de una restauración, es decir, proveerle de materiales que le den fuerza suficiente a una estructura. Por lo tanto, busquemos soluciones más acordes a nuestra realidad, soluciones que encaminen al país a la verdadera restauración nacional. ¿O tú que piensas…?


voces@restauracion-nacional.org
www.restauracion-nacional.org




El autor es egresado de la Licenciatura en Economía en el Tecnológico de Monterrey. Actualmente labora en la Secretaría de Desarrollo Industrial del Gobierno del Estado de Chihuahua. Comentarios al autor: voces@restauracion-nacional.org.

Escandaloso éxodo

Por Nizaleb Corzo Z.

Si uno llegara a ignorar la luz roja del semáforo en la colonial ciudad de Lagos de Moreno, en Jalisco, lo más probable es que en cuestión de segundos sea detenido por uno de los pocos agentes del departamento de tránsito municipal. Lo peculiar de esta detención no es la efectividad con la que será detenido –es difícil escapar de un pueblo tan chiquito como Lagos-, sino que se sentirá parte del escenario de una película de Clint Eastwood o de Chuck Norris. La policía laguense utiliza patrullas que sirvieron a las fuerzas policiales texanas, las cuales fueron donadas por los paisanos que hace años dejaron su casa para cruzar el Río Bravo en busca de mejores oportunidades en el vecino país del norte. Lo mismo ocurre con la estación de bomberos y algunas clínicas que dan servicio público.

El pasado mes de abril se dio a conocer un dato estridente. Por concepto de remesas se recibieron en México, en 2004, alrededor de 17 mil millones de dólares, cerca de la mitad de las que llegan a Latinoamérica y el Caribe, ubicándonos en el segundo país receptor a nivel mundial, después de la India. Así, la cantidad de dólares que los mexicanos enviaron para el sostenimiento de sus familias, creció 190 por ciento los últimos cinco años, convirtiéndose en el soporte económico de un millón 600 mil hogares, distribuidos a todo lo largo de la República.

Para dimensionar las cifras, este ingreso equivale a 195 mil 500 millones de pesos; la inversión en exploración en Petróleos Mexicanos, detonante de la actividad petrolera, fue el año pasado de tan sólo 110 mil millones de pesos.

Los recursos enviados por los trabajadores fuera de la frontera se convirtieron en la mayor fuente de dinero para el desarrollo, superando ampliamente los préstamos bancarios desde los países industrializados, la inversión directa o de portafolio y la colocación de bonos en los mercados accionarios.

Hace unos días, en su participación en la Cumbre Hemisferia 2005, el embajador Tony Garza aprovechó los recientes informes del Instituto Mexicano de Competitividad y del Fondo Monetario Internacional, que ubican a México como la décima economía más grande del mundo –después de haber estado ubicada en el lugar número 9 el año pasado- y que de 60 naciones nuestro país ocupa el lugar 56, para señalar que "el mensaje básico de estos informes es claro: o hay reformas o se queda atrás". Mencionó también que "es obvio que se requiere de arduo trabajo, pero imagínense lo que sería la economía de México si hubiera una mejor cooperación a lo largo del espectro político con el fin de asegurar el futuro del país”.

Bajo los planteamientos de la doctrina Estrada de la libre determinación de los pueblos para “aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades”, política tan desdeñada por los encargados de la política exterior de nuestro país en la actual administración, el argumento del embajador es inaceptable. No obstante, si hacemos a un lado los convencionalismos, podríamos aceptar que su observación pegó en el ánimo de la política nacional. Sobre todo si volteamos a ejemplos como los de Lagos de Moreno y muchas otras comunidades que sin las remesas y el apoyo que envían sus familiares en el “otro lado” no saldrían adelante. ¿Qué programa gubernamental sería necesario implantar para atender a todos esos trabajadores y sus familias, si no se hubieran ido?

La búsqueda de un acuerdo migratorio como lo ha planteado el gobierno federal es sólo la mitad de la película. Con ello se aliviaría la presión bajo la cual se encuentran nuestros paisanos migrantes, mejorarían sus condiciones de trabajo en Estados Unidos y tendrían accesos a los servicios de salud y educación que el estado americano ofrece. Pero no sólo eso es importante, la otra parte es responsabilidad directa del gobierno mexicano. El problema original se generó en México y la solución no se concreta con un acuerdo migratorio. La migración en México obedece a la falta de oportunidades de los más necesitados. Porque no es un problema de voluntades. Los que se van sí quieren y pueden trabajar.

¿Será en realidad que nuestros vecinos están reacios a pactar un acuerdo migratorio, sólo porque los granjeros de la frontera sur estadounidense se sienten amenazados?¿Qué haría el gobierno mexicano si de pronto hordadas de centroamericanos cruzaran nuestra frontera para ocupar puestos de trabajo en México? ¿Acaso el fenómeno de la Mara Salvatrucha no se ha vuelto también un tema de seguridad nacional para el gobierno federal?

Lo que mencionó el embajador Garza es un asunto digno de estudio. El país debe reestructurar sus fuentes de ingreso. El riesgo que se corre actualmente aún no es evidente. De mantenerse el ritmo de explotación y exportación de crudo, los cálculos nacionales aseguran reservas para los próximos 11 ó 12 años. Está comprobado que segundas y terceras generaciones de migrantes dejan de enviar dinero a sus familias. Es necesario entonces canalizar los principales ingresos del país para financiar proyectos alternativos que generen un nuevo orden económico nacional en el mediano plazo. Para ello, el gobierno, el aparato legislativo y la sociedad en general debemos buscar un nuevo acuerdo nacional que apueste al desarrollo, como ocurrió en España hace más de 20 años. La apuesta no es sencilla, se requiere de voluntad política y social, pero las señales de resultados factibles podría ser la base para la concertación de ese acuerdo.

Si seguimos esperando que los grandes convenios internacionales cambien de manera mágica las condiciones económicas de nuestro país, en un futuro seguramente nos percatemos que la patrulla de tránsito que nos detiene no es mexicana y quizá nosotros tampoco.




El autor es financiero; actualmente trabaja en aspectos sociales de Petróleos Mexicanos y estudia la maestría en Políticas Públicas del Tecnológico de Monterrey , Campus Ciudad de México. Comentarios: ncorzozepeda@yahoo.com.mx

El proceso de Cristo (Ecce-Homo)

Por Javier Oroz Coppel.

Cuando nos vemos involucrados en un proceso litigioso, ya sea ante un Tribunal o ante el Ministerio Público lo primero que sentimos es que hemos entrado ante un mundo oscuro, siniestro y sumido en las tinieblas del que deseamos nunca haber entrado y ahora no podemos salir. Al ciudadano común y ocupado en su vida diaria, el entrar en una dinámica en donde jueces, abogados, emplazamiento, demanda, sentencia y un sin fin de términos jurídicos comienzan a ser parte de nuestro vocabulario, es entonces cuando nos damos cuenta de que hemos pasado a formar parte de nuestra realidad jurídica social.


A Usted lector si se siente aludido con estas palabras o bien si se siente ahora atemorizado por el riesgo que corremos día con día de conocer el oscuro mundo litigioso de nuestro país, tenemos un antiguo juicio que nos sirve para reflexionar y apreciar que la justicia siempre alcanza al inocente:


Cristo nació en un período de la humanidad en el que el Imperio Romano, había avasallado con su hegemonía a una gran parte de los pueblos "civilizados". El sistema imperialista seguido por los romanos consistía en mantener una dualidad aunque autónoma, si escalonada de competencias, en donde al pueblo conquistado le permitían continuar con sus estructuras e instituciones jurídicas y gubernamentales, siempre bajo la supervisión de un gobernador pretor romano. Por tanto, quien fuere sometido a juicio, podría enfrentarse a dos tipos de jurisdicciones diferentes, en el caso de Cristo del Derecho Penal Hebreo y del Derecho Penal Romano. Posterior a su detención, Cristo fue trasladado en calidad de detenido para ser objeto de un interrogatorio en la casa propiedad de Anás, suegro de Caifás, miembro del Sanhedrín, máximo tribunal supremo del pueblo judío (Tribunal de Jehová), que data de la época de Moisés, el cual se enconaba formado por doctos en la ley y cuyas resoluciones se les llegó a conocer como "fallos de Dios". Contrario a derecho (hebreo por supuesto), el Nazareno fue trasladado de noche a la casa de Caifás, en donde ya se encontraba reunido en pleno el Sanhedrín, integrado por diversos doctores en ley. Ya iniciado el procedimiento, el acusado tuvo como abogado defensor a Nicodemus quien acorde con el jurista Ignacio Burgoa Orihuela en su obra " El Proceso de Cristo", dio uno de los alegatos más celebres que se tengan registrados en la historia de la oratoria forense. En su intervención el abogado defensor, con gran vehemencia denunció como violadas las garantías que la ley hebrea le otorga a todo acusado y que fueron trasgredidas en perjuicio de Cristo: Primero, el acusado estaba siendo procesado de noche en la casa de Caifás y no en el "Gazith", recinto oficial en donde se reunían de día los jueces de Israel; Segundo, al reo se le negó la oportunidad para que éste o su abogado coadyuvante pudieren presentar testigos o bien presentar pruebas de descargo, siendo que la parte acusadora basó su dicho en testigos falsos, con pruebas ofrecidas y desahogadas en contravención a las leyes procesales; y Tercero, el inculpado fue objeto de una votación condenatoria no sujeta a revisión por parte del tribunal colegiado, ya que la misma fue emitida en forma express, sin que haya mediado deliberación alguna. La sentencia condenatoria, fue votada por sesenta y cinco contra seis votos absolutorios: el Sanhedrín en sus resolutivos condenaba al acusado de muerte ignominiosa en la cruz por haber cometido en perjuicio del pueblo, blasfema y por hacerse pasar por Hijo del Altísimo. Cabe señalar, que hasta la pena conferida adolecía de ilegalidad, pues el Derecho Hebreo no contemplaba esta pena capital, sino que se utilizaba la lapidación o apedreamiento como castigo, por lo que la crucifixión (castigo penal romano) también fue un acto de ilegalidad.


Debido a que el proceso y condena estaban plagados de irregularidades traducidas en ilicitudes, el tribunal hebreo requería de la homologación de la sentencia que habría de validar con el proceso marcado en el derecho romano. Para ello, los miembros del Sanhedrín variando su sentencia acusaron a Cristo por el delito de sedición ante el gobernador pagano en turno, Poncio Pilato quien mediante una argucia legal escapó de primera instancia a tomar el asunto en sus manos, declarándose incompetente por razón de territorio, ya que Jesús había nacido en una provincia bajo el mando del rey Herodes Antipas, por lo que jurídicamente era su súbdito. El tetrarca a su vez manifestó su incompetencia, volviendo a la del gobernador Pilato, quien en un procedimiento sumario y unilateral condenó a muerte al reo ante el clamor de una turba por el delito político de sedición. De principio a fin, el acusado fue salvajemente sometido a un juicio ilícito y plagado de irregularidades, oscuro, tenebroso y sumido en las tinieblas. Pudiere parecer a simple vista que la injusticia prevaleció pues se ejecuto al acusado, sin embargo ésta percepción resulta corta pues la historia ya le ha brindado justicia al inocente, si lo somos también llegará, nuestros tribunales no son tan malos.


Mateo (22,34-40)

El autor es Licenciado en Derecho por la Universidad La Salle Noroeste y actualmente se desempeña como gerente jurídico en los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Durango. Comentarios: javieroroz@gmail.com


Wednesday, June 01, 2005

Cazando a la Democracia

Por Omar Del Valle.

Hablamos de democracia y pensamos tener la única verdad. Pero, como sugieren articulistas, editorialistas, cartonistas, etc., ¿Cuáles son los caminos a la democracia?, ¿Cómo se llega a ella?, ¿En qué etapa se encuentra México?, ¿Perdimos la oportunidad? Sin duda, no sólo para países como el nuestro, es una vía difícil, un conjunto de procesos sociales cuya complejidad aumenta cuando aún no aprendemos sus intenciones básicas en la organización de la sociedad. Por ello, en un paso anterior a tales cuestionamientos sucede la reflexión sobre qué es democracia.

Cientos de científicos sociales se dan la tarea diaria para postrar sus definiciones. No son substitutas, se complementan. Por lo abstracto de las relaciones sociales, en la evolución del hombre hacia su libertad –cualquiera que sea ésta su idea, la democracia por sí sola no define ni los caminos, ni los marcos teóricos y prácticos de cómo lograrlo. Lo cierto es que para los ojos y acciones de otros, en cada región y país del planeta, el sentimiento y la práctica de la democracia son muy distintos.

Pienso, como muchos más, en los determinantes de la democracia. La cultura, la historia, las diferencias económicas y sociales, los grupos de interés, las elites, las influencias externas, etc. Los factores de peso de cada determinante varían entre países y hacia dentro de cada país. En el norte, centro y sur de México, la idea de la democracia puede ser distinta.

Además, en estos últimos meses, y quizá debería decir desde el año 2000, la noción general de democracia se ha malogrado cómo lo fue, en su tiempo, la imagen de solidaridad. Por ello, nada me extraña que en las últimas cifras del Latinobarómetro, la mayoría de los latinos prefieran un gobierno distinto al “democrático”; y es que la creciente inequidad económica, la constante exclusión social, el escaso crecimiento económico y la debilidad en la aplicación del Estado de Derecho, han incitado un fastidio común hacia gobiernos que claman ser “democráticos”.

El uso y después mal uso de estos conceptos y prácticas se identifican como marca y no como producto. Es decir, que como en los mercados, en ocasiones la marca sustituye al producto y aquí es donde la noción de las cualidades de la primera se disipa. Si bien, algunas marcas son buenas, otras no lo son tanto, y el producto sufre de transformaciones de percepción pública. Lo que nos interesa es el producto, su calidad, su proceso de elaboración y certificación. Es así, que en democracia nos interesa la forma en qué ésta se construye, cuáles son sus medios y sus instrumentos. Nos preocupan los resultados, de no ser así, el teje y maneje del peje hubiese sido insignificante. Nos preocupa que la calidad del producto no sea buena. Lo significativo entonces es cómo formamos parte de una democracia procedimental donde los procesos son más fáciles de evaluar que los resultados mismos.

Aquí, en territorio azteca, cuando los instintos cívicos nos mueven a hacer más que a demostrar que somos buenos mexicanos, a demostrar nuestra capacidad de diálogo, a dar buenos esfuerzos y entrega diaria, nos llevan a formar parte de los procesos. Se hace frente a una voluntad que la democracia la hacemos todos y no sólo quienes dirigen instituciones y oficinas gubernamentales. Por ello, no podemos subestimar la capacidad de la acción cívica. Por ejemplo, la democracia en las familias, donde cada miembro puede expresarse libremente y la familia logra consensos, el impacto puede ser mucho mayor que las cuasi-intenciones de quienes dicen ser representantes del pueblo.

Los instintos cívicos nos hacen escribir, comunicar, reunirnos y dialogar, sumar esfuerzos, participar en sociedad; pero no sucede siempre. Esto último me lleva a la reflexión de que la democracia en México continúa como un bien público escaso. Pensemos en aquellos que conformaron las primeras sociedades humanas, cuando el concepto de organización comunitaria era muy simple. Ellos se reunían para cazar, digamos, un búfalo, y disfrutaban de una buena cena. La caza era organizada, paciente y en conjunto. Hoy día, la caza en México, bajo esta analogía, es cazar a la democracia. Pero hay una diferencia con respecto al búfalo.

El búfalo. Quienes participaban en la caza disfrutaban del banquete. Cuidadosamente y con detalle preparaban un plan y se lanzaban al ataque. Cada quien tenía su función. Cuando culminaban exitosamente, todo era un festín alrededor de las llamas tenues, entre cantos, danza. Todos reunidos en sociedad eran bendecidos por los dioses y en respuesta, ellos ofrecían y daban las gracias por la buena caza. Del mismo modo, quienes no participaban, como el holgazán, le tocaba pinole, si bien le iba.

La democracia. Nuestro añorado bien, por lo contrario, es un bien público. Todos la quieren y la desean disfrutar pero pocos participan en su caza. Como bien público la democracia no es exclusiva para un grupo social, y el hecho que uno la disfrute, no representa que alguien más no lo pueda hacer al mismo tiempo. Si usted, bendito y buen vecino, participa en su caza, no le extrañe que el de a lado le pida un cachito, aún cuando éste no haga nada más que echarle porras desde la banca, muy emocionado como si estuviera en el estadio Azteca, con su sombrero de pique, gritando chiqui ti bum a la bim bom bam.

Al igual que muchos bienes públicos, cuándo el gobierno es el centro y dueño de su provisión, el resultado no es necesariamente un equilibrio socialmente eficiente y por tanto provoca (entre otras cosas) que los agentes privados provean menos cantidad del bien en cuestión. Así, renunciar a nuestra tarea de provisión democrática y dejar que sólo sea tarea del gobierno proveerla, tampoco es lo óptimo.

La sociedad misma puede proveer el bien público y lograr un equilibrio eficiente a través de un enfoque “bottom-up”, es decir desde las bases, desde abajo, desde los niveles más locales. Para O’Donnell y Schmitter, la democracia es la aplicación de las reglas y procedimientos de la ciudadanía. Entonces, en el diseño de las buenas reglas y procedimientos podemos participar y formar parte de la consolidación democrática y del fortalecimiento de gobernabilidad, para que en “bola” cacemos a la democracia y nuestros hijos tengan su festín.

En los conceptos de la izquierda latinoamericana, la estructura política de la democracia –sobre todo en países de elevada centralización como México-, ésta se caracteriza de dos modos. La democracia participativa a niveles locales y la democracia representativa en la federación. Ambas se sostienen sobre tres pilares: los movimientos sociales, los partidos políticos y el gobierno.

México es muy diverso. La representación de cada uno de sus grupos es necesaria para la planeación nacional, el desarrollo de proyectos e iniciativas de ley que culminen en la efectividad gubernamental. Del mismo modo, la democracia participativa a niveles locales es más apremiante puesto que implica la relación y rendición de cuentas de los gobiernos hacia sus representantes directos.

A niveles locales podemos avanzar con la organización comunitaria, empujando la apertura de espacios, reclamando nuestros derechos cívicos y ejerciendo nuestras obligaciones de hacer que los “representantes” rindan cuentas, de tal modo que la misma democracia participativa nos permita hacer el diseño de las reglas de la democracia procedimental para asegurar productos de calidad, independientemente de la marca que lo produzca.

Si no hacemos la caza en conjunto, si no se fortalece la gobernabilidad local con la participación cívica, si no hacemos de los movimientos sociales un tercer pilar de donde se sostenga el progreso socioeconómico y político del país, si nos quedamos en las gradas del estadio cantando alegremente, si no nos involucramos en el diseño de las reglas, de los procedimientos, en los balances de poder, etc., seguro seguiremos tomando pinole, celebrando clientelismos, amando la parálisis política, gustando de inseguridad, seguiremos viendo cómo deshacen al país unos pocos, seguiremos distraídos de nuestra caza…

¿Seguiremos?

Comentarios al autor: ofd@georgetown.edu


Latinoamérica, la democracia en tránsito

Por Nizaleb Corzo Zepeda.

La economía de mercado que tuvo sus inicios a finales de la década de los 80. Aunque ha demostrado eficacia para producir riquezas, no ha asegurado la eliminación de la pobreza ni del desempleo. El neoliberalismo sigue un ciclo de ascenso, consolidación y declive político. Las mismas condiciones que marcan el supuesto éxito de un régimen económico neoliberal -privatización de los bienes públicos, crecimiento de las exportaciones e importaciones, incremento de la inversión externa, concentración del ingreso- extienden y profundizan la oposición social. En América Latina, estas prácticas han provocado efectos negativos en la distribución del ingreso de tal forma que se ha acentuado la brecha entre las clases bajas y altas de la población, reduciendo a niveles mínimos la clase media, la cual se ha repartido entre ambos sectores.

Por ello es que en algunos países de América Latina se han abandonado las políticas neoliberales para adoptar otras que suelen identificarse como de izquierda o populistas. El triunfo de Tabaré Vázquez como presidente de Uruguay, en marzo de este año, sumó un nuevo eslabón a la cadena de líderes latinoamericanos que llegaron al poder a través de procesos democráticos transparentes. A partir de 1999, con el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela, le siguieron Ricardo Lagos en Chile, Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, Lucio Gutiérrez en Ecuador, Néstor Kirchner en Argentina y Martín Torrijos en Panamá.

No obstante, a pesar de los ataques que los movimientos populares mantienen frente al modelo económico liberal, una vez que asumen el poder han tomado medidas iniciales cautelosas, a través de políticas fiscales austeras.

En Brasil por ejemplo, Lula Da Silva al asumir el cargo en enero de 2003 juró no fracasar en la conducción de Brasil, la octava economía del mundo, pero con enormes desigualdades sociales. Heredó una deuda pública de casi 250,000 millones de dólares, una moneda devaluada en 40 por ciento y una tasa de crecimiento de 1.4 por ciento, insuficiente como para dar empleo a 12 millones de desocupados y mitigar la pobreza de 54 millones de brasileños, un tercio de la población. “No hay soluciones milagrosas para tamaña deuda social”, advirtió. El presidente Lula mantiene actualmente una disciplina fiscal absoluta y emprendió reformas que según sus detractores son similares a las que rechazaba por neoliberales cuando era opositor. El cuidado de las finanzas públicas le ha permitido reducir la vulnerabilidad del país. Se le reconoce la disminución de la inflación a 8.65 por ciento, contra 12.65 de su predecesor Fernando Henrique Cardoso. Sin embargo, el gobierno de Lula tiene un riesgo alarmante en sus elevadas tasas de interés, principal herramienta contra la inflación. Esas tasas inhiben la inversión y el consumo y son poco sustentables para quien piensa en proyectos de largo plazo, como ocurrió en México a finales de los 80.

En Chile, el presidente socialista Ricardo Lagos, entra en el último año de su mandato en un clima de prosperidad. La economía creció 5.7 por ciento en el 2004, la tasa más alta en siete años, y la popularidad del mandatario es del 60 por ciento. Su gobierno mantuvo el modelo de libre mercado impuesto por la dictadura de Pinochet. Como lo ha sostenido el propio Lagos, una de las explicaciones del reconocido éxito chileno es haber asimilado las medidas que dicta el Consenso de Washington, en materia de austeridad fiscal y reducción del Estado, para crear opciones a la población más necesitada como el seguro de desempleo y mayores inversiones en educación y salud. La pobreza ha disminuido en Chile del 40 al 18 por ciento. Asimismo, Lagos ha firmado tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur, México, Canadá y Europa del Norte. Actualmente busca acuerdos similares con China, India y Japón.

Argentina, tras sufrir en diciembre del 2001 una de las mayores catástrofes económicas y sociales de su historia, que derribó al presidente Fernando de la Rúa, en 2003 se sumó a la corriente progresista de la mano de Néstor Kirchner con el 22 por ciento de los votos por la deserción de Carlos Menem, quien durante su mandato introdujo reformas liberales, principal causa del colapso argentino. Kirchner multiplicó su popularidad al depurar instituciones como las fuerzas armadas, la policía y la desprestigiada Suprema Corte de Justicia. En el terreno internacional ha sumado fuerzas con Lula y Chávez en la búsqueda de nuevas formas de integración regional.

Venezuela es quizá el único país en donde se escucha la palabra “revolución” y se elogia a Fidel Castro en la voz de Hugo Chávez, un teniente coronel que en el pasado fue a la cárcel por golpista. Después de un golpe de Estado en el 2002, Chávez derrotó en las urnas a una oposición fuertemente posicionada en el país. Esa victoria reactivó su propuesta de “revolución bolivariana”, que consiste en una serie de reformas económicas y sociales en favor de los desposeídos considerada por la oposición como el atentado a las libertades económicas. Aún así, Chávez dirige uno de los diez mayores exportadores mundiales del crudo y puede presumir de bonanza económica gracias a los altos precios del hidrocarburo.

Ante este escenario, algunos analistas han afirmado que Latinoamérica está dando un giro a la izquierda, como si se tratara de un movimiento socialista organizado. Los ejemplos aún no lo demuestran del todo. Es probable que las corrientes partidistas de los que han asumido el poder se definan como de izquierda, pero también es claro que no se han alejado de los conceptos liberales en materia económica, relacionados con la derecha. Por ello es que la Secretaria de Estado Norteamericano, Condolezza Rice declaró hace un par de semanas que al gobierno estadounidense no le preocupaba el triunfo de la izquierda en nuestro país –como no le ha preocupado en otros de América-. Saben que sus países vecinos del sur no modificarán sus prácticas económicas de la noche a la mañana, ni romperán los acuerdos con los grandes consorcios financieros internacionales. Estos cambios obedecen más que nada al crecimiento del descontento popular, situación cada vez más grave y evidente.

¿Será entonces que la sociedad civil ha encontrado en la democracia su tribuna? Todo parece indicar que sí. Quizá no se trate de un acto de conciencia individual, en ese caso la transición democrática ya hubiese concluido. Se trata más bien de una muestra más de que la democracia es el instrumento ideal para la rendición de cuentas. En adelante, los gobiernos de izquierda o de derecha deberán estar claros que su eficiencia estará sujeta a la aprobación de la ciudadanía y no tanto de sus esfuerzos por ser más liberales o más populistas.


El autor es financiero; actualmente trabaja en aspectos sociales de Petróleos Mexicanos y estudia la maestría en Políticas Públicas del Tec de Monterrey , Campus Ciudad de México. Comentarios: ncorzozepeda@yahoo.com.mx

La violencia factor de desestabilización, ayer 1994, ¿2006 de nuevo?

Por Luis Armando Colosio.

El tema de la violencia sigue estando presente como una prioridad para la ciudadanía. La criminalidad se ha incrementado notablemente en los últimos años y diversos sectores de la población han expresado su frustración por el clima de violencia generalizada que se vive actualmente y la inoperante acción de las fuerzas de seguridad. La fuga de reos de alta peligrosidad es la parte culminante de la problemática persistente del sistema penitenciario que mina por completo la credibilidad de las autoridades responsables. A esto hay que agregar los constantes asesinatos a lo largo de la geografía nacional, fenómeno que ya se presenta como un hecho recurrente sin control por parte de quienes muestran una incapacidad insultante en todos los órdenes de gobierno.

Para entender este fenómeno, es necesario tener presente que la violencia ha estado latente en la historia del país. Desde esa perspectiva, el incremento de la criminalidad está relacionado con la incapacidad de nuestros gobernantes, y la inexistencia de acuerdos y políticas públicas que le den certidumbre a la república, así como la frágil institucionalidad jurídica existente, lo cuál se conjuga con la mala administración de los recursos y la injusta distribución de la riqueza nacional.

La criminalidad se manifiesta en dos vertientes muy importantes; la primera suele llamarse violencia común que tiene muchas manifestaciones concretas y que se sufre cotidianamente en diversas formas; la segunda vertiente, más peligrosa por el poder que asumen las organizaciones ejecutoras, tiene que ver con el florecimiento del crimen organizado vinculado principalmente con estructuras del narcotráfico y las mafias nacionales e internacionales solapadas desde los más altos niveles de gobierno.

La violencia vivida en marzo de 1994 se asoma de nuevo; y se percibe a flor de piel sin que nadie haga lo necesario por evitarla, y me refiero a la violencia estructural, que tendrá repercusiones políticas muy importantes y que está relacionada con los grupos de poder. Hoy en día los acontecimientos y la espiral de odios se confabulan para seguir manteniendo a una nación sometida y humillada. La lucha por el poder, a poco más de un año de las elecciones presidenciales, nos trae a la memoria recuerdos que se agolpan en la conciencia e inevitablemente nos obligan a reflexionar en aras de contribuir a desactivar todo intento desestabilizador que ponga en riesgo las ya de por sí deterioradas instituciones nacionales .

Los grupos de poder encabezados en su mayoría por mercaderes de la voluntad popular, afinan de nuevo sus estrategias en pos de retener o recuperar el poder para seguir alimentando sus irracionales ambiciones a costa de un país de mujeres y hombres generosos, un país que se resigna a enfrentarse por razones ajenas a su naturaleza y esencia.

México no se merece lo que ve, lo que respira, lo que siente y lo que percibe; los mexicanos reclamamos y exigimos solamente lo que nos corresponde, los mexicanos solo queremos y anhelamos un país de instituciones fuertes donde se respete el derecho a vivir en armonía; simplemente a vivir.


Comentarios al autor: colosio@hmo.megared.net.mx

Urge una Reforma Adecuada en Materia de Agua Potable

Por Katya Izquierdo Herrera.

Todos los años, alrededor del mundo mueren más de 3 millones de personas por enfermedades causadas por la falta de agua potable. En México, estados como Hidalgo, el Edomex, San Luis Potosí y Tlaxcala han presentado en los últimos años graves problemas de salud relacionados con la contaminación del agua por desechos tóxicos como el arsénico, el plomo, los hidrocarburos aromáticos, etc. Dichos tóxicos desencadenan alteraciones del ADN que pueden derivar en pigmentación de la piel, enfermedades como la leucemia, el púrpura, cáncer de piel, pulmón, riñón, vejiga o mama, malformaciones congénitas e incluso la muerte.

Por ello, la gente no bebe agua, ni siquiera después de hervirla. Prefiere gastar hasta mil pesos al mes en pipas y otros 400 pesos en aguas de garrafón. Las autoridades conocen la situación. El Primer Diagnóstico Nacional de Salud Ambiental y Ocupacional de la Secretaría de Salud asegura que uno de los problemas más graves en materia de calidad del agua en México es el de la contaminación con arsénico principalmente en el centro y norte del país. En lugares como el río Zahuapan-Atoyac, los mantos acuíferos de Matehuala y La Laguna, las concentraciones de arsénico son 50 veces superiores a los parámetros mundialmente aceptados. Las plantas potabilizadoras en México aún no tienen la tecnología para eliminar las sustancias tóxicas del agua.

La CNA rechazó que las familias mexicanas bebieran agua contaminada. Refutó cifras de la Organización Panamericana de la Salud que indican que aproximadamente 1 millón de mexicanos están expuestos potencialmente a contaminantes como el arsénico. A esto se le agrega que dos plantas potabilizadoras para la eliminación del arsénico, instaladas en 1997 por la CNA y la SSA, están paradas por los altos costos de operación.

Debido al insuficiente presupuesto y a la falta de una política de gobierno, el mayor apoyo para un eficaz proyecto de reforma vendrá principalmente de la ciudadanía, sobre todo de los estratos más aquejados de la sociedad que demandan agua potable (mayor cantidad y calidad) para una vida sana y digna. Ejemplo de esto son los campesinos y agricultores. Asimismo, las ONG’s ambientalistas apoyarían el proyecto como manifestación lógica de su postura. Se puede incluir también a la Comisión de “Medio Ambiente”, al PVEM, a técnicos, medios de comunicación, organizaciones ambientalistas, al PRI, a la SEMARNAT, a gobiernos locales, y a empresarios, que pese a que no se encuentran organizados formalmente en torno a una reforma constituida, sí podrían ser una fuente de apoyo al orientar sus acciones de manera más efectiva.

En la actualidad, la agenda política de México prioriza temas relacionados con las reformas estructurales, como por ejemplo: la fiscal, la del Estado, la energética o la laboral, más no las ambientales. Cabe destacar que en el informe de 2003 presentado por Washington, el 2005 fue considerado como “el año de lo ambiental”, lo que denota una nueva preocupación por el tema del agua, lo que puede generar una propuesta clara y concisa de política pública.

México adquirió compromisos en materia de agua el 12 de diciembre del 2003 en el contexto del diálogo que se llevó a cabo con otros países por la celebración del Año Internacional del Agua Dulce 2003. Debe decirse que México será sede, en el 2006, del IV Foro Mundial del Agua, lo que ofrecerá nuevos espacios de discusión para “emprender acciones locales para un reto global”.
[1] Las circunstancias se presentan como propicias para que los medios, opinión pública, sociedad civil, Gobierno e instituciones gubernamentales, volteen su mirada hacia una reforma en torno a la problemática de la potabilización del agua para beneficio no solo del país sino del entorno internacional en general.

La fila de oposición al proyecto de reforma la encabezan los trabajadores del Estado, quienes tienen sus propias prioridades. En segundo lugar se encuentra la CNA, pues no cuenta con el suficiente presupuesto para reformas que se consideran no prioritarias, y debido a que es el único organismo administrativo/normativo en materia de agua que pretende mantener su actual status en la materia. Se pueden citar también al PRI, PAN y PRD, quienes ya han definido su agenda alrededor de temas que resultan de mayor urgencia a tratar, como lo es la sucesión presidencial de 2006. A la par, el resto del espectro político también busca ganar “huesos” en la contienda. Esto, sin contar las próximas elecciones estatales, municipales y locales que se llevarán a cabo en este y el siguiente año.

Aunque algunas facciones del PRI, empresarios y gobiernos locales se muestran reacios, ya se cuenta con un análisis de prensa presentado por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del DF (PAOT), en donde se muestra el interés por parte de los partidos políticos en emprender y apoyar una reforma para el tratamiento del agua.

Actualmente podemos constatar los esfuerzos que ya ha emprendido el Gobierno del Distrito Federal en materia de potabilización del agua, con la pasada inauguración de una planta potabilizadora en la Delegación Iztapalapa. El GDF ha impulsado la participación del Comité Mexicano para el Uso Sustentable del Agua, integrado por diversas dependencias de gobierno y representantes de la sociedad organizada, para impulsar acciones coordinadas que promuevan la toma de conciencia sobre el uso y manejo sustentable del agua.
[2]

Igualmente, la CNA ya ha empezado a impulsar proyectos como “PROMAGUA” para el mejoramiento de la cantidad y calidad del agua a través de organismos operadores. “PROMAGUA” está encaminado a poblaciones mayores de 50,000 hab. El proyecto motiva la participación privada para el mejoramiento del servicio, pues la CNA no cuenta con los recursos para hacerlo por sí sola. Aunque aún no se construye, el proyecto ya se aprobó y se está trabajando en la primera planta municipal en Cabo San Lucas con una capacidad de 200 litros por segundo, a un precio de $8.50 el m3 (alto pero sostenible).

En conclusión, y referente al diagnóstico del grado de dificultad del proceso político, existe un nivel moderado de dificultad en lograr introducir la reforma en la agenda política al igual que en la aprobación y posterior instrumentación de la misma. Finalmente, en lo que respecta a la viabilidad del proyecto de reforma, se observa que existen muchas posibilidades de que se dé un exitoso resultado del proceso de aprobación del proyecto. A la par, existen grandes posibilidades de lograr un éxito en el resultado del proceso de implementación del mismo.

La autora es Licenciada en Ciencia Política por el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, y Maestra en Estudios Internacionales por la EGAP en coordinación con la Universidad de Georgetown. Comentarios: moonaime@hotmail.com

[1] http://www.worldwaterforum4.org.mx/home/home.htm

[2] http://www.aguas.org.mx/

Cuna de Lobos

Por Javier Oroz.

Morir no es nada fácil, ya sea antes, durante o después de que ésta suceda. Tal vez sea éste el motivo por el cuál le tenemos tanto miedo. Sócrates el célebre filósofo griego decía que: "el temor a la muerte, señores, no es otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer saber sobre aquello que no se sabe. Quizá la muerte sea la mayor bendición del ser humano, nadie lo sabe, y sin embargo todo el mundo le teme como si supiera con absoluta certeza que es el peor de los males." Al leer lo anterior Usted lector podría pensar que esta cita no es el mejor remedio al temor a lo que suceda después de morir ya que seguiremos sufriéndolo, sin embargo la ley ha dispuesto de un sistema que con certeza sí puede brindarle la seguridad necesaria para eliminar ese tan natural temor, por lo menos en lo que se refiere a la etapa post mortem.

Este sistema al cual me refiero, es el llamado Derecho Hereditario o bien de las Sucesiones, mismo que lo podemos encontrar regulado en el Código Civil para el Estado de Sonora, a partir de los artículos 1356 al 1905 y del artículo 752 al 835 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Sonora, es decir más de 700 artículos, toneladas de doctrina y un puñado de jurisprudencias que lo multiregulan en forma tal que al común de los mortales nos da tanto o más temor que el mismo fallecimiento. Sin embargo, ¿Qué es en concreto lo que debemos hacer para dejar en vida todo lo que suceda después de la muerte?

La respuesta no es sencilla, ni tampoco breve. Primero que nada debemos de ordenar y enlistar todos aquellos bienes o derechos de los que somos propietarios, poseedores o bien que creemos tenemos derecho en el presente, ya que con ello podremos identificar qué bienes y derechos conformaran a la herencia, la cual se define legalmente como el conjunto de todos los bienes del difunto y de sus derechos y obligaciones (-ojo-) que no se extinguen con la muerte. Se dice que constituyen una "universalidad jurídica" y una copropiedad a favor de todos los herederos a partir de la hora y día de la muerte del autor de la sucesión.

Una vez lo anterior, acuda (sin temor) con un Notario Público para que disponga la celebración de un acto jurídico por excelencia unilateral, individual, personalísimo, libre, solemne y no muy recomendable pero también revocable, esto es, de un testamento. En este acto una persona dispone en forma tal de sus bienes y derechos a favor de sus herederos o legatarios; y/o declara y cumple deberes con interés jurídico para después de su muerte, como lo es el reconocimiento de un hijo o la garantía del pago de alimentos. El trámite es relativamente económico (especialmente en Septiembre mes del testamento), máxime si se atiende a los beneficios (económicos y espirituales) que conferirá a sus herederos después de su muerte.

Durante todo el trámite y aún después de este, el fedatario tiene la innegable obligación de guiar al testador para efectos de brindarle la mayor solvencia a sus dudas y dar la debida certeza jurídica que merece este solemne acto. Es muy importante que Usted lector, tome en consideración que todo aquello que no quede dentro del testamento pasará a formar parte de lo que se conoce como "sucesión intestamentaria" o "de sucesión legítima" y que dará origen a que aquellos que se consideren con derecho para heredar esos bienes no testados, promuevan ante el Juez de lo Familiar mediante un escrito de denuncia con el que se radica el juicio. Este procedimiento muchas veces resulta ser sumamente desgastante, litigioso e incluso oneroso, ya que deja a la voluntad de la ley y de la interpretación de las partes, lo que Usted no manifestó expresamente era su intención repartir, teniendo como resultado una verdadera batalla campal entre los herederos (lobos) por los muchos o pocos bienes y/o derechos que conformen la herencia.

En cualquier caso, una vez denunciado el juicio sucesorio por los herederos, concubina, el Fisco, acreedores de la sucesión o del Ministerio Público y ya que se encuentre radicado, se procederá en casos de urgencia en cuanto a la guarda y conservación de los bienes de la sucesión a la designación de un interventor o bien en su caso a la designación en audiencia de un albacea (del árabe ad-waci, que significa ejecutor o cumplidor), quien es la persona designada por el testador en caso de tratarse de sucesión testamentaria o bien por los herederos en caso contrario y por encontrarnos ante una sucesión intestamentaria, que tiene la obligación de cumplir las disposiciones testamentarias o para representar a la sucesión y ejercitar las acciones correspondientes al autor de la herencia.

Ya durante el juicio sucesorio intestamentario, sus herederos deberán pasar (en forma simultánea o sucesiva) por cuatro secciones dantescas, siendo estas las siguientes: I.- Sección Primera, denominada "De Sucesión", que es la que se refiere a la denuncia, citaciones, convocatorias de herederos, nombramiento de albaceas, etc.; II.- Sección Segunda, que se designará, "De Inventario" y contendrá los inventarios y avalúos, liquidaciones y comprobaciones de pagos fiscales; III.- Sección Tercera, llamada "De administración", que contiene todo lo relativo a la administración, cuentas, su glosa y calificación; y por último la definida como "De partición", que comprenderá el proyecto de distribución provisional de los productos de los bienes hereditarios, partición de los bienes y su aplicación.

Por todo este largo y costoso camino deberán de pasar sus herederos en caso de que no ponga orden en vida, de todos aquellos bienes, derechos y obligaciones que conformen su patrimonio, sin considerar que en caso de ser litigioso sus hijos, su esposa y en general todo aquel que se considere con derecho para reclamar su derecho hereditario ante un Tribunal, argumentará con todos los elementos que tenga en su poder para ganar la contienda, por lo que en vez de heredar paz y tranquilidad probablemente lo único que provocará es que su familia se convierta en una verdadera cuna de lobos.

El autor es Licenciado en Derecho por la Universidad La Salle Noroeste y actualmente se desempeña como gerente jurídico en los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Durango. Comentarios: javieroroz@gmail.com

¿Libertad o Libertinaje?

Por Alonso Rabelo Zurita.

La prensa de México ha sido duramente criticada desde el año dos mil a la fecha, y las aseveraciones son verdad: han abusado tremendamente del poder del micrófono o de la pluma. Ahora la opinión de ellos es la que vale, y así es como nos lo hacen saber.

Los diferentes medios de comunicación han mal entendido la libertad que el primer paso de la democracia les otorgó el 2 de julio del año 2000, y se han valido de la amplitud del público para cuestionar, manipular, descalificar y burlarse de todo tipo de personas, ya sea que pertenezcan al gobierno o no. Es por eso que su libertad no es más que un libertinaje.

Sin embargo, debido a la irresponsabilidad total con la que han asumido los medios el nuevo panorama, ahora se encuentran en riesgo ya que gracias a la experiencia del gobierno actual ha quedado claro que la prensa en general no ha comprendido su responsabilidad e importancia para con el pueblo de México. Así es que aunque muchos piensen que esta libertad ha llegado para quedarse, también es cierto que una mayor regulación de los medios nos haría un bien a todos.

Esperamos que después de las elecciones del 2006, independientemente de quién gobierne, se reestructure la libertad de prensa para no obtener información chatarra, manipulada y poco seria. A su vez se rechazan las acusaciones falsas, como las de la actualidad, con el fin de gozar de un periodismo serio por parte de los diferentes medios de comunicación y en donde la noticia tenga un valor agregado para el público. Se desea un nuevo periodismo en donde la verdad y el compromiso hacia México sean reflejados a través de los medios.

Pero, ¿qué podemos esperar? Mientras existan políticos corruptos que compren la noticia para su favor, seguirán existiendo medios de comunicación de risa.