Monday, April 18, 2011

ANCORA IMPARO

EL LLANTO DE UN MEXICANO

Por Luis Donaldo Colosio Riojas


Me preocupa. Me preocupa que veo a un país olvidado por sus líderes, quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos antes que a su gente.

Me preocupa ver un abismo de desigualdad y diferencia, permeado todo por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de honrar la confianza de esa gente.

Me preocupa ver que en el Congreso imperan el caos y la desunión, que los ‘triunfos’ de mis diputados sean ver quién difama más al otro o quién silencia con más fuerza. Que exista un aura de trabajos inconclusos y que los pocos que se dedican al trabajo son sopesados por quienes se dedican al ultraje. Me preocupa ver más respeto en las tribunas de un clásico de futbol mexicano que en los escaños y curules legislativos.

Funcionarios públicos ausentes o sumisos y fuerzas policiales abandonadas o corrompidas es el maltrato que nos dejan nuestros gobernantes. Benditas aspiraciones de nuestros jóvenes con tanta materia prima corroída. No es sorpresa que ‘ni estudien, ni trabajen’ si el sistema educativo es cada vez menos adecuado y continúa decayendo gracias a quienes se supone deberían levantarlo. El empleo y las oportunidades son virtualmente inexistentes y nuestra economía es tratada con la lujuria de unos cuantos.

Me preocupa mi tierra, sangrando a borbollones, con sangre nacional y extranjera, de quienes depositaron su confianza en unos cuantos. Me preocupa que ‘esos cuantos’ tampoco sean eficaces porque ‘algunos muchos’ se empeñan en que fallen con tal de alzarse el cuello y alardear un ‘se los dije’.

La desigualdad de ideas nunca ha sido crimen, pero el callarlas y asesinarlas es nuestro nuevo movimiento nacional.

Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, se reparten a ‘unos cuantos’ para hacer bien ‘muchos nadas’, mientras tanto nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo, no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria y a quienes luego se les reclame de ‘holgazanes’. Se les castigará por ineficientes y por no saber aprovechar las infinitas oportunidades inexistentes que tuvieron. Nuestros niños, ¿pero qué demonios les hicimos?

Me preocupan todos y cada uno de los miembros de mi familia, más de 112 millones de ellos, que miran al futuro sin un rumbo certero, ese rumbo que nuestros predecesores se negaron rotundamente a asegurar y que ahora miran con desconcierto alegando que ‘no es su culpa’. Y la pelea continúa; y las divisiones incrementan; y las diferencias se exaltan; y nuestros niños, mientras tanto, sufren.

¿Pero qué te pasa, México? ¿En qué momento se volvió rutina suicidarte?

Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio. Me preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos momentos pareciera que se llama 'resignación', pareciera que se llama 'derrota'.

Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por vencido. Así me tachen de por vida de demente o inadaptado. Qué ilusos somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos cuantos más de estos.

Este es el movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre es testigo de mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al denunciar nuestras propias faltas al país... y a nuestra estampa.

El autor es fundador del despacho Basave, Colosio, Sánchez Abogados, y catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Twitter: @colosioriojas

Esperanza y Sueños de México

¿En qué momento se nos fue México de las Manos?

A mi ver esto que sucede es producto de décadas de ignorar la desigualdad,
la inequidad social, la injusticia, la pobreza que lastima a los más que son los menos...

Es producto de esa indiferencia social y estructuras sociales e institucionales
que no dieron respuesta ni cabida al México jodido, al que no tuvo ni tiene
oportunidades de verse y valerse por sí mismo.

México sigue evolucionando socialmente, más a mi ver, lo que sucede ahora es la bomba de tiempo resultado de un México elitista.

Me pregunto si fenómenos similares como este (violencia, narcotráfico, etc.) han surgido en sociedades que tienen como base fundamental la meritocracia, la rendición de cuentas, justicia y el respeto al individuo lo mismo que el respeto a la estructura social en el que se desarrolla.

Para que cambie nuestra vida actual en México se expondrán muchas ideas, se criticarán muchas más, en cada uno de nosotros los mexicanos hay una solución y manera de hacer las cosas...Lo que no se ve, ni se dice - menos en los partidos políticos a quienes sólo les importa, por naturaleza, ganar elecciones - es que para recuperar a México se ocuparán muchas voluntades y no sólo la política.

Se ocupa como muchos dicen de la voluntad de cada Mexicano, desde donde pueda, desde el abarrotes, la carpintería, la oficina, el autobus; hasta el hospital, la escuela, la fábrica, etc. Se ocupa sumar voluntades de todo México.

Crear Esperanza dicen otros. Tenemos un México desesperanzado.

Otro dicen que tener un sueño en los momentos más críticos de la vida es lo que ayuda a pasar por esos momentos y conquistar el Futuro. ¿Cuál es el sueño de México? ¿Qué quiere México en realidad? ¿Cómo se aferra a ese sueño? con el sueño y su apego a lograrlo, no habría obstáculo que lo detenga.

Si el sueño de México es la transformación social, requerirá de
muchos esfuerzos para recuperar años y conquistar el futuro junsto con nuestras próximas generaciones.

Si el sueño de México es ganar el futuro, nos toca a nuestra generación impulsar esta transformación y sumarnos a los que vienen para que en 30-50 años México sea uno de los mejores países en el Mundo con base a Sistema Judicial, Productividad y Competitividad, Justicia Social, Meritocracia, Medio Ambiente, Sistema Educativo, Deporte, entre tantas otras cosas en las que queremos ver triunfar a México

En fin, solo mi parecer...Yo también, como uno de los Boheimos, brindo por la esperanza...

- Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.