Tuesday, May 17, 2005

Reforma del Estado: Una propuesta del CLAD

Por Erika Cervantes.

Los temas de desarrollo integral y reforma estructural del Estado han cobrado importancia especial en las últimas décadas después de que el modelo de Estado propuesto por los países desarrollados en la posguerra y el modelo de Estado neoliberal conservador probaron su incapacidad para garantizar el bienestar integral de la población en general. Aunque este fenómeno ha afectado a cada uno de los países occidentales, se muestra especialmente cierto para los países latinoamericanos, en donde la consolidación de la democracia, la necesidad de retomar el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad social, han sido los problemas constantes a lo largo de los años. La reforma estructural en estos países, se presenta necesaria para acabar con todo estos problemas de fondo que no han dejado que los pueblos latinoamericanos salgan del atraso.

Es de destacar, la opción de reforma del Estado propuesta por el CLAD (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo). Ésta se basa en un modelo gerencial que ha permitido modificar el sistema burocrático weberiano, flexibilizando la gestión, disminuyendo los niveles jerárquicos, descentralizando las estructuras y aumentado la autonomía de decisión de los gerentes o burócratas. Esta reforma es una modificación estructural del aparato del Estado que puede llevar al mejoramiento de la gestión del mismo. Dicha reforma se puede definir como la capacidad del Estado para concretar en la realidad, de manera eficaz, eficiente y efectiva, las decisiones tomadas a nivel político
[1].
Dentro de las características y objetivos de la reforma se encuentra la profesionalización de la alta burocracia, la transparencia de la administración pública y la responsabilización de los administradores, la descentralización en la ejecución de los servicios públicos, la aplicación del sistema del control a posteriori de los resultados, la implementación de nuevas formas de control (control de resultados, control contable de costos, control por competencia administrada o por cuasi-mercados y control social), el establecimiento de dos formas de unidades administrativas autónomas (la monopólica, que solo realiza actividades del Estado y la dicotómica o del espacio público no estatal), la orientación del suministro de servicios hacia el ciudadano-usuario y la modificación del papel de la burocracia con relación a la democratización del Poder Público.

La reforma gerencial del Estado es una propuesta progresista que va en contra del recorte de personal, de la visión tecnocrática de la gestión y de considerar al mercado como la guía del sector público. Así mismo, propone la adopción del concepto de Estado Red, en donde se dé un equilibrio entre los marcos estatal, de mercado y público-no estatal. Este último marco, consiste en que la sociedad actúe en asociación con el Estado para el suministro de servicios públicos.

Todas estas medidas están encaminadas a aumentar la responsabilidad del Estado en la cuestión de los derechos sociales, así como el papel de financiador en esta misma área. Se busca garantizar la existencia de condiciones macroeconómicas saludables que permitan un bienestar general en la población, y aumentar las formas de participación popular dentro de la gestión del Estado.

Como se puede observar, la cuestión social es un asunto primordial dentro de la reforma del Estado propuesta por el CLAD. Sólo un Estado reformado, flexible, descentralizado y profesionalizado puede poner atención a los asuntos sociales y a la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos. Al menos en este modelo, se ha dejado atrás el supuesto de que el desarrollo económico representa la solución para mejorar las condiciones de vida de la población.

Hoy, el desarrollo se ve como un todo, como un proceso social global compuesto por el crecimiento junto con la evolución (social, cultural y económica) cuantitativa y cualitativa. El proceso tiende hacia el mejoramiento humano, a un mejoramiento integral de las condiciones de vida, y no a un “desarrollo empobrecedor”, que implica desigualdad en la distribución de la riqueza.

En conclusión, la reforma del Estado se presenta como necesaria ante el escenario político, económico y social que está viviendo nuestro país. La participación ciudadana y el enfoque social dentro del aparato del Estado son completamente necesarios para crear un ambiente de gobernabilidad y legitimidad; elementos que desde hace tiempo, parecen haber perdido significado en México.


La autora es Lic. en Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey y estudiante de la Maestría en Políticas Públicas en EGAP. Comentarios: erikacervantes2003@hotmail.com


[1] Una Nueva Gestión Pública para América Latina, Documento del CLAD, Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo. Pg. 12.

En Memoria Del “Líder”

Por Alejandro Bahena.

El día 30 del mes de abril se conmemoró el aniversario luctuoso número sesenta de aquel líder excepcional que elevó a las masas alemanas hacia su más alto resplandor. Quizás para algunas personas haya sido simplemente un ingenioso político, para muchos otros más un demagogo sin precedentes que sacudió al mundo entero con sus ideales de “supremacía racial” y de “odio a las minorías”. Sin duda, el destello de Hitler puede causar temor, furia, o admiración según sea el caso, sin embargo es menester destacar su liderazgo, que más allá de ocasionar un gran número de pérdidas humanas y materiales, transformó a un pueblo inmerso en la pobreza, permitió su crecimiento y desarrollo, y más aún, engrandeció su moral hasta un punto previamente inimaginable.

El propósito no es hacerle creer al lector que el “Führer” fue víctima de la historia -en el sentido de desacreditar las posturas en su contra establecidas por los triunfadores de la guerra-, ni restarle importancia a los crímenes cometidos durante su mandato. Sin embargo, es importante reconocer que, al menos desde que fue nombrado canciller presidencial en 1933 hasta los comienzos de la Segunda Guerra Mundial en el año de 1939, Hitler fue un verdadero líder transformacional.

Las necesidades de la sociedad alemana resurgieron con la depresión de 1929. El desempleo reapareció tras algunos años de estabilidad, la inflación era rampante, y todo el progreso que se había logrado hasta ese entonces pareció esfumarse en un instante. El pueblo germano requería de un líder que pudiese enfrentar la crisis social y económica en la que se encontraba inmersa toda la nación (aumentada por el sentimiento de humillación tras su derrota en la Primera Guerra Mundial) -no obstante, mediante el sacrificio de sus instituciones democráticas-. Ese héroe lo encontraría en la persona de Adolf Hitler.

Tras la muerte del Presidente Hindenburg en 1934, Hitler asumió el poder de la nación alemana. Dos años más tarde -en el plebiscito de ratificación de su mandato-, los alemanes le depositaron su confianza, permitiéndole alzarse con el triunfo al cosechar el 98.9% de los votos. De esta manera, la relación de confianza entre líder y seguidores -característica del liderazgo- se consumó, y en marzo de 1936 el pueblo alemán aplaudía la recuperación de su soberanía con la militarización de la Renania.

Ahora bien, además de su triunfo arrollador en las urnas, ¿por qué se dice que Adolf Hitler fue un líder transformacional durante sus primeros años de gobierno? Sencillamente porque gracias a sus políticas se revitalizó la economía alemana, se estableció un orden que hacía tiempo no se percibía (por lo tanto había perspectivas de prosperidad), y ante todo, se restauró el orgullo nacional.

Sin duda, los argumentos anteriormente presentados no podrían ser suficientes para eximir a Adolf Hitler de toda culpa, y además considerarlo un líder transformacional auténtico; por ello es necesario analizar una de las teorías existentes sobre el tema, y determinar la autenticidad del liderazgo protagonizado por nuestro personaje principal.

Bernard M. Bass divide el liderazgo transformacional en cuatro componentes sustanciales que lo distinguen de cualquier otro tipo de liderazgo: Carisma o influencia idealizada, motivación inspiracional, estimulación intelectual, consideración individualizada.

En el primer punto, los líderes transformacionales buscan la hermandad universal, mientras los líderes seudo-transformacionales resaltan la diferencia de valores “nosotros-ellos”, y argumentan: “nosotros” tenemos buenos valores inherentes y “ellos” no. En este sentido, la manifestación de Hitler de que los judíos eran los hombres de Satán, mientras que los alemanes eran los hombres de Dios, lo sitúa en el lado oscuro del liderazgo.

Por otro lado, la motivación inspiracional del auténtico líder transformacional tiende a enfocarse a velar por el bien de la comunidad, mientras que el líder seudo-transformacional puede dar públicamente esta impresión, pero en su entorno privado solamente vigila su propio bienestar.

Al analizar este componente del liderazgo transformacional se observa que Hitler puede estar dentro de las dos categorías: auténtico y seudo-transformacional (quizás más auténtico que falso). En primera instancia, se argumenta que el “Führer” velaba por el bien común de la Alemania Nazi, y que sus valores eran compartidos por la gran mayoría de la sociedad -salvo los grupos minoritarios que se pretendían excluir-. Por otro lado, hay quien perjura que Hitler solamente vigilaba sus propios intereses (lo cual lo convertiría en un líder seudo-transformacional), sin embargo el pueblo alemán lo apoyó incondicionalmente a sabiendas de sus políticas, que nunca estuvieron en secreto.

En la magna asamblea que tuvo lugar el 25 de Febrero de 1920 en el Horfbraöhausfestsaal de Munich, el Partido Obrero Nacional Socialista Alemán (N.S.D.A.P. por sus siglas en alemán) proclamó su programa a la faz del mundo. Lo más destacable de éste en términos nacional-socialistas, que la población apoyó y admitió al votar por Hitler en las elecciones de 1936, fueron los siguientes puntos: la abolición del tratado de Versalles y Saint Germain, el establecimiento de colonias, la ciudadanía alemana reconocida únicamente por vínculos sanguíneos, la expulsión de todo no ario llegado a Alemania a partir de 1914, el combate al materialismo judío, y la creación de una autoridad central con facultades incuestionables.

Con base en lo anterior, Adolf Hitler -dentro del componte de liderazgo transformacional en cuestión-, puede ser considerado como un auténtico líder, ya que su motivación inspiracional concordaba con la moral alemana de aquél entonces, y sus objetivos políticos eran transparentes, tal es el caso de que 16 años antes del referéndum, sus intenciones habían sido plasmadas por escrito.

En cuanto a la estimulación intelectual pueden de nuevo surgir dudas sobre la autenticidad del liderazgo de Hitler. En este apartado el líder transformacional brinda abiertamente un cambio de valores de los seguidores por el mérito y la relevancia de las ideas y misión del líder hacia su beneficio y su satisfacción. El líder seudo-transformacional crea la impresión de hacer las cosas correctas, pero frecuentemente falla al entrar en conflicto con sus propios intereses, además es intolerante a las diferencias de opinión entre sus seguidores y ellos mismos.
El “liderazgo hitleriano” era intolerante a las opiniones que entraban en conflicto con sus propios intereses, eliminando a toda oposición. Con base en esto, Hitler es considerado más que un líder auténtico -aunque haya cambiado los valores de sus seguidores en torno a sus ideas y su misión-, un líder seudo-transformacional -ya que manipuló los valores de sus seguidores-, argumentando que su propaganda instauró un pensamiento diabólico fuera de la razón en el interior de la moral de la gran mayoría de los alemanes.

La última concepción del líder es la consideración individualizada. Mientras los líderes transformacionales se preocupan por el desarrollo de sus seguidores hasta convertirlos en líderes, los seudo-transformacionales se interesan más en mantener la dependencia de sus seguidores. Comparando este último componente con el liderazgo de Adolf Hitler, se puede cargar la balanza hacia una actitud auténtica por parte de este personaje. Su manera de elevar a sus seguidores fue simplemente excepcional. Los alemanes compartían y hacían de ellos mismos el valor de la supremacía aria. Por ejemplo, se pueden mencionar las olimpiadas de Berlín en el año de 1936, en donde Alemania ganó de manera apabullante.

Es difícil que un líder auténtico cumpla con los cuatro componentes del liderazgo; sin embargo, el punto a destacar es la consideración individualizada. Un líder puede contar con los otros tres componentes, pero si no cumple con este último, será identificado como seudo-transformacional. Ahora bien, como se pudo observar, Hitler cumple con esta característica, por lo cual puede ser clasificado como un líder transformacional.

Hay que guardar luto, el mundo entero perdió a un líder y no a un demonio; aunque para muchos -y están en todo su derecho de opinar y expresar sus pensamientos- haya sido más bien un ídolo, y no un ideal para la sociedad.


El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por el Tecnológico de Monterrey. Comentarios:
abahenap@yahoo.com

Realidad nacional en descomposición

Por Luis Armando Colosio.

Por una democracia mal entendida. Incendios de edificios públicos, linchamientos, saqueos, motines, atentados, una constante. La falta de respeto a las instituciones y a la ley está de moda. Es producto de una democracia mal entendida, donde las cúpulas del poder la ignoran, y en consecuencia también un segmento de la población denominada por los estudiosos como “periferia hiperactiva social”.
Los capitalinos todavía no han visto lo peor –como es el penoso espectáculo ofrecido por las mujeres desnudas en la calle o el vandalismo del pasado 2 de octubre–, advirtió el sociólogo José Fernández Santillán, investigador y catedrático del Tecnológico de Monterrey, campus ciudad de México.


“La falta del respeto a los demás ciudadanos, pero sobre todo a las instituciones, es como una bola de nieve, que va creciendo”, dijo. Recordó que Carlos Marx decía en sus obras, “si los de arriba tocan, porqué los de abajo no podemos bailar”, esto en referencia al mal ejemplo que las clases gobernantes hacían –y continúan haciendo– a las grandes masas sociales oprimidas, que deciden en un momento dado, imitarlas.
“Veámonos en el espejo qué ofrecen países como Bolivia, Argentina, Perú, Colombia”, advirtió el doctor Fernández Santillán, al exponer que las inconformidades sociales destrozaron la convivencia pacífica de la sociedad.


Así en México se avecinan en forma más frecuente, drástica y atemorizante: incendios de edificios públicos, linchamientos, saqueos colectivos, motines, atentados contra instalaciones eléctricas y petroleras, asesinatos en nombre de la justicia popular, decomisos del pueblo, atentados contra jueces o funcionarios, ataques contra políticos deshonestos, a dueños de empresas, hacendados, banqueros y capitalistas en general.

Errores del gobierno
Para el doctor en “ideas políticas” por la Universidad de Turín, Italia, explicó que la demostración de las Mujeres de los 400 pueblos no es nueva, desde el punto de vista de la falta de respeto a las instituciones.
Los crímenes políticos de Luis Donaldo y Ruiz Massieu; la tolerancia al rebelde EZLN (que ya hizo otro estado dentro de Oaxaca ante la indiferencia del gobierno); la sospecha popular a la Iglesia católica en el narco y casinos; los fallos erróneos de jueces a poderosos e influyentes; los machetes de San Salvador Atenco; los caballos dentro de la Cámara de Diputados; los asesinatos de ciudad Juárez; el contrabando; las injusticias laborales, son pinceladas de una realidad compleja de la descomposición.


“El Estado (gobierno federal y local) han fallado en hacer respetar la ley, y han favorecido esa descomposición social”, volvió a advertir. “Existen grupos minoritarios, que son pocos representativos de la población en general. En su afán de atraer la atención de los medios informativos, usan métodos más extremosos”, explicó. El historiador Roger Bartra –añadió– los califica como “periferia social hiperactiva”, que tiene muchas facetas, orígenes y objetivos. Pueden ser autónomos, o pueden ser inducidos.

Signos de debilidad oficial
Para el también doctor de Liderazgo por la Universidad de Harvard, entre la principal causa de la descomposición pública se encuentra “la debilidad del Estado”. “El actual gobierno no obedece la ley, sino la desobedece”, y esta actitud se convierte en una forma de relación entre las bases sociales respecto a las cúpulas de poder. El caso del Cardenal Sandoval que no fue sujeto de la ley; el caso de los Amigos de Fox (que aún con sus ilícitos el gobierno no perdió legitimidad); la parcialidad de la PGR en varios casos muy sonados, incluyendo el anterior; los disturbios de Cancún; la parcialidad del IFE; el vandalismo de 2 de octubre en la capital; “son sólo eslabones de una larga cadena que aún estamos muy lejos de ver el extremo final”, comentó el doctor José Fernández Santillán.


“Es una tónica de actuar que se hace costumbre”, agregó. Y como tal, nadie reacciona, porque influye el cinismo, la complicidad, la falsa tolerancia, el íntimo reconocimiento a las actitudes.

Democracia y anarquía
Además, la irreverencia ocurre también debido a una confusión de la democracia con la anarquía. “Por eso podemos decir, que México en vez de vivir una nueva etapa democrática, vive una democracia en prematura decadencia, ilustró el especialista. Los propios políticos, funcionarios y legisladores justifican la falta de respeto a la ley con la pluralidad. John Hall, sociólogo de la Universidad de McGill, de la ciudad de Montreal, Canadá, dijo que la falta de respeto a las instituciones, “es un empate fascistoide”, recordó. Es decir, “facciones de la izquierda extrema, abanderan causas supuestamente populares, y en ese torbellino sacan a flote los resentimientos sociales, causa de la pobreza, la ignorancia, codicia, injusticias que provoca desde hace dos décadas el sistema económico neoliberal, ilustró.


En este aspecto, el doctor Fernández Santillán –quien es discípulo y traductor del científico italiano Norberto Bobbio– aseguró que la descomposición de la paz pública en México, es una secuela de la política económica neoliberal, que concentra cada vez más la riqueza en unas cuantas manos, y cuyas consecuencias extremas aún no somos testigos, como testigos ya son poblaciones enteras de América del Sur.

Derbez en la OEA: un proyecto personal

Por Erika López.

El intento del pasado 11 de abril para elegir al nuevo Secretario General para la Organización de Estados Americanos (OEA) es una metáfora de la política regional contemporánea en el Continente Americano, dividido por algunos en América del Norte y América del Sur. Pareciera que esta distinción geográfica nos da una idea de la orientación política de los países que conforman los respectivos hemisferios. Enrique Berruga Filloy describe a México como “país bisagra” entre estos dos subcontinentes, una bisagra que explica las contradicciones políticas en el país, que siendo latinoamericano de origen es norteamericano por estrategia. Así, la candidatura del Canciller Luis Ernesto Derbez para la Secretaría General de la OEA no es sino un reflejo de la ausencia de una política exterior mexicana de Estado, misma que de salir triunfante ocasionaría una mayor fragmentación de la poco cohesionada Latinoamérica.

El otro candidato a la Secretaría General de la OEA, el Ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza es un hombre que ha trabajado en México y que tiene un gran respeto por el país, según ha declarado ante la prensa. Sin embargo, a pesar de este respeto por México, está claro que compite para ganar el máximo puesto del organismo regional. Además, de acuerdo con la Embajadora Olga Pellicer, el Canciller mexicano no siguió el protocolo para lanzar su candidatura, lo cual pescó por sorpresa a los chilenos (Conferencia “México y su compromiso internacional con la seguridad” XII Simposium de Relaciones Internacionales, Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, 26 de febrero de 2005).

Por otra parte, algunas personalidades de la política y la academia mexicana han señalado que la candidatura de Luis Ernesto Derbez ante la Secretaría General de la OEA no es sino la expresión de un gusto personal, y así lo señala el Embajador Gustavo Iruegas, especialista en temas latinoamericanos, en entrevista con El Norte.

“…el Canciller Luis Ernesto Derbez encuentra que el PAN no lo quiere como candidato a la Presidencia de la República, no lo quiere como candidato a la Gubernatura del Distinto Federal […] La realidad es que ese puesto le ofrece 5 años o la posibilidad de 10 con un encargo en Washington, donde le gusta vivir y donde ha vivido por muchos años.” (El Norte, 13 de abril de 2005).

La candidatura del Canciller mexicano no es parte de un proyecto nacional, sino un gusto personal. Por el contrario, este personaje político ha decido que prefiere renunciar al cargo como Secretario de Relaciones Exteriores, el cual ya llega al final de su periodo, y tomar un cargo de menor jerarquía que le garantice aplazar su retiro de la política, pues según ha declarado, el triunfo o fracaso en esta contienda marcará el destino de su carrera política.

Jorge G. Castañeda, ex Canciller mexicano y futuro candidato presidencial, declaró en entrevista con El Norte que los organismos internacionales “Son espacios para la diplomacia de un país” y por tanto los países ponen todo lo que está en sus capacidades para lograr esta participación. Asimismo, señaló que los rumores al respecto del apoyo de Estados Unidos hacia el Canciller no debe ser motivo de vergüenza y mucho menos un motivo de coacción, “…no pensar que México haya vuelto a cambiar su voto sobre lo de Cuba pasado mañana por este tema de la OEA” (El Norte, 13 de abril de 2005).

Días después el presidente cubano se encargó de desprestigiar la posición de Luis Ernesto Derbez y el apoyo que Estados Unidos le brinda. Fidel Castro amenazó con hacer pública más evidencias del caso Ahumada y la vinculación con algunos líderes gubernamentales, en caso de que nuestro país condenara la situación de derechos humanos en Cuba (El Norte, 18 de abril de 2005). Finalmente, Derbez no acusó a Cuba en Ginebra, aunque no era suficiente para que la Comisión de DDHH decidiera que la situación en la isla es un asunto internacional

En este respecto cabe aclarar que, en efecto, recibir apoyo de un país no es algo vergonzoso; no obstante, México, por sus características geopolíticas siempre se ha visto como un ejemplo para muchos países latinoamericanos, así como el hermano desleal para otros y el hecho de que Estados Unidos respalde esta candidatura y que exista la posibilidad de que éste coaccione a otros países para que voten en su favor, es sin duda un desprestigio para el país.

Enrique Berruga, señala la particularidad de la política exterior de México al ser un “…país bisagra entre dos mundos, por su posición geopolítica y su desigual nivel de desarrollo interno.” (Berruga, 1997, p. 158). Asimismo, el autor señala la necesidad de llevar una buena relación con Estados Unidos debido a la relación comercial existente entre ambos, así como por el ser este país el de mayor poder en la actualidad.

La Embajadora Olga Pellicer, en su conferencia “México y su compromiso internacional con la seguridad” (XII Simposium de Relaciones Internacionales, Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, 26 de febrero de 2005), señaló que es necesario que México incremente su participación en política internacional a través de diversos mecanismos. Así, puntualizó sobre la participación de México en organismos internacionales como el Consejo de Seguridad, donde se ejerció el derecho a votar autónomamente contra la guerra en Irak; sin embargo, menciona, la Cancillería mexicana pasó el resto del tiempo disculpándose con su homóloga estadounidense. Es en este respecto que la Embajadora Pellicer expone la necesidad de delimitar la relación con Estados Unidos ya que si bien existen temas en los cuales México necesita unirse a la línea dictada por Estados Unidos, como lo son la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional, existen otros donde México debe actuar conforme a los principios que emanen del espíritu de la Nación, de un proyecto nacional y una política exterior de Estado que, hasta ahora, ha brillado por su ausencia.

La candidatura de Luis Ernesto Derbez “…es una candidatura no trabajada, no está contribuyendo a la buena relación con los países de Sudamérica…” (Pellicer, 2005). Este proyecto no es sino el reflejo de una voluntad personal. En los últimos días, la Cámara de Diputados, ha expresado al ejecutivo la necesidad de retirar esta candidatura, con excepción de la fracción panista y parecería que ésta sería la decisión más atinada, pues a unos cuantos días de la siguiente ronda de votación en el organismo, todavía se pueden limar las asperezas y ceder el lugar a un candidato más apto que conduzca al organismo a lograr las nuevos objetivos, entre ellos, una mayor integración regional.


La autora es candidata a graduarse de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey. Comentarios a erikagabriela@gmail.com

Tienes derecho a guardar silencio

Por Javier Oroz.

"Tienes el derecho a guardar silencio. Si decides hablar con algún oficial de policía, todo lo que digas puede y será usado en tu contra en la Corte. Tienes el derecho a consultar un abogado antes de ser interrogado, y puedes tener a un abogado mientras se te interroga. Si no puedes costear a un abogado, se te proveerá de uno si así lo deseas, antes de ser interrogado. Si decides contestar el interrogatorio, tienes derecho a dejar de contestar en cualquier momento. Podrás parar de contestar el interrogatorio en cualquier momento para consultar a un abogado, y podrás tenerlo contigo durante el interrogatorio presente o futuro."

Lo anterior es probablemente una de las frases más conocidas del Derecho norteamericano, sin embargo poco se sabe de dónde proviene en realidad y más aún de su alcance jurídico internacional. Dicha frase surgió de uno de los juicios criminales más trascendentales para los Estados Unidos, mismo que se gestó en el vecino estado de Arizona y vino a ser resuelto en el seno de la Suprema Corte de Justicia Americana. En el año de 1963 en Phoenix, Arizona una joven mujer de 18 años fue secuestrada y salvajemente ultrajada, siendo puesta en libertad momentos después de estos terribles sucesos. Así, la mujer se presentó ante la policía local para hacer su notitia criminis, precisando la ofendida que su agresor era de origen mexicano, joven y conducía un vehículo de principios de los años cincuenta. Semanas después, la víctima identificó el vehículo en el que decía se habían perpetuado los hechos, mismo que resultó ser propiedad del mexicano Ernesto Miranda.

Con base en lo anterior, la policía de Arizona detuvo a Miranda y lo interrogó, utilizando como técnica el decirle que ya había sido identificado por la agredida y que no le quedaba más que confesar. Dos horas después, el detenido había firmado una confesión en donde se declaraba culpable de todos los cargos criminales, lo que parecía poner fin al caso. Sin embargo, una vez que el defensor de oficio proporcionado por el Estado estudió las diversas evidencias y hechos que habían motivado el proceso penal en contra de su patrocinado, se decidió por apelar a la 5° enmienda Constitucional y calificar de ilícita a la confesión extrajudicial vertida por el acusado. Ya durante el juicio, no obstante los alegatos en su defensa, se dictó sentencia condenatoria de 20 a 30 años en prisión y la confesión resultó ser la prueba esencial para la procedencia de la acción penal. No conforme con lo anterior, la defensa escaló los diversos peldaños judiciales, hasta alcanzar a la exclusiva Suprema Corte de Estados Unidos, misma que ordenó se revocara la sentencia condenatoria, declarando la ilicitud de la confesión.

Todo ello vino a arrinconar a la fiscalía a proseguir de nueva cuenta en juicio, pero ahora sin su prueba más contundente. Sin embargo, de esta resolución en alzada se estableció el llamado "Miranda Rights", en donde se ordena que toda persona que fuere detenida en Estados Unidos, siempre debía ser informada de sus derechos constitucionales a guardar silencio y en caso de no hacerlo, es necesario informarle que todo lo que diga sería utilizado en su contra en juicio, además de notificarle que todo acusado tiene el inalienable derecho a un abogado defensor durante su interrogatorio o en sus declaraciones. A pesar de que dicha norma se ha convertido sacramentalmente en un elemento sine qua non en todos los arrestos y detenciones policiacas, el sistema de justicia norteamericano, volvió a ser cimbrado. En esta ocasión, en el caso Avena y otros ciudadanos mexicanos (México vs. Estados Unidos de América). En este caso particular, el foro fue en la Corte de Justicia Internacional (CIJ) de la Haya, Holanda.

Esta heroica e histórica contienda fue protagonizada por la H. Cancillería Mexicana en conjunto con un par de abogados extranjeros; por el otro lado se encontraba el Departamento de Estado Americano capitaneado por el célebre abogado William Taft IV. Durante el litigio se debatió sobre la ilegalidad de los procesos penales que condenaban a la pena de muerte a 52 mexicanos en diversos Estados de la Unión Americana. México apeló a que Estados Unidos había violado el Derecho al debido proceso legal (mismo punto de partida que en el caso Miranda) ya que había infringido, por inobservancia, la Convención de Viena sobre las relaciones Consulares particularmente en dos aspectos: (1) que cuando se arrestó a los mexicanos se les debió informar de su derecho a contactar al consulado, y éste a su vez debió de ser notificado del arresto o detención de su nacional; y (2) de que los Estados Unidos había sido omiso en su obligación de ajustar sus leyes y procesos internos a dicha Convención.

En esta ocasión, México obtuvo sentencia favorable consiguiendo que el CIJ condenara a los Estados Unidos ordenándole suspender las ejecuciones para así brindarles un debido proceso legal. Hoy en día se espera por parte de la comunidad internacional que los Estados de la Unión Americana implicados, acaten el fallo de la CIJ y proporcionen el debido proceso legal al que tienen derecho los procesados. Así, tenemos que mientras el Estado de Derecho y el principio de legalidad han venido a salvar en un par de ocasiones a diversos mexicanos, en nuestro país pretendemos que las diversas instituciones legales sean aplicadas a criterio, sobreponiendo intereses políticos o populares y poniendo en evidencia nuestra cultura contradictoria y de negación al Derecho.

Javier Oroz Coppel es abogado por la Universidad La Salle Noroeste y actualmente labora en ING Seguros Comercial América, S.A. de C.V. en Monterrey, Nuevo León. Comentarios: javieroroz@gmail.com

Normal es sólo un ciclo en la secadora…

Por Diana Páez.

Primer viaje a Nueva York. Decido enfrentar la ciudad con todos los sentidos. Tres días serían demasiado poco para conquistarla, así que me conformo con empaparme lo más posible de su abrumadora esencia. Nueva York se vive en varias dimensiones, como ninguna otra ciudad en la que he estado. Tengo que caminar mirando a todas partes: arriba, abajo, a los lados, al frente, atrás. Un torbellino de voces, sombras, olores, sonidos – y ruidos – me envuelve. Nueva York respira con trabajo.

Es una ciudad que empequeñece, me siento minúscula en un sitio donde todo es gigantesco y en el que todo toma grandes proporciones. La diversidad es sencillamente apasionante. ¿Será que esta ciudad representa a nuestro mundo en pequeño? Un microcosmos mezclado, explosivo, desordenado, ininteligible...o al menos para mí. Y en medio del barullo, algunas cosas llamaron mi atención.

La suave cadencia del saxofón en un rincón de Central Park, bajo un sol luminoso que anuncia una furiosa primavera. El virtuoso anónimo que con unos minutos de música puede transportarnos a sitios lejanos. El ir y venir de la gente en el metro, los miles de rostros que esconden pasados distintos que confluyen, al tiempo, en una misma ciudad. ¿El ombligo del mundo?

Por la noche las luces confunden, ahora me siento en la pantalla del cine, parte de una película surrealista que mezcla progreso y retroceso, historia y futurismo, seres terrestres y algunos un poco menos. Todos puntitos en el mapa urbano. Todos buscándonos en algún anuncio de pantalla gigantesca con matiz multicolor. Ciudad de encuentros y desencuentros. Quizás incluso un poco más de estos últimos.

La mañana siguiente, el acelerado ritmo del devenir urbano continúa. No es buena idea detenerse en plena acera, bajo el riesgo de ser, literalmente, atropellado por una marea humana que se precipita hacia alguna parte... o hacia ninguna parte. Espero en una esquina cercana al Empire State. Transcurren larguísimos minutos viendo pasar – y esquivando – a la gente.

Escucho un ruido como de pájaro, miro hacia arriba tratando de ubicar al ave...sin éxito. Lo escucho de nuevo. De pronto me doy cuenta de que no se trata de un ave. Frente a mí pasa lentamente un hombre delgado, con una gorra negra que ostenta cuatro coloridas plumas de pájaro pegadas a los lados y una brillante imagen de la Virgen de Guadalupe remendada en la parte trasera de la gorra. Pasa haciendo ese ruido de pájaro imposible, y balbuceando cosas que nadie entiende. La gente lo mira, alguno se ríe. Él camina sin rumbo, único habitante de su mundo imaginario, quizás mejor que el de nosotros... que nos consideramos normales.

La autora posee un Master en Prospectiva Internacional por la Universidad de París V y actualmente trabaja en la Oficina del TLCAN de la Embajada de México en Washington, DC. Comentarios: paezguajardo@gmail.com .

Hay que acallar a las clases sociales peligrosas

Por Pavel Luengas


“son como unos pajaritos en los nidos a quienes no les han crecido las alas ni crecerán para saber por sí volar”
Protector religioso de indígenas en la Nueva España haciendo referencia al grupo social bajo su tutela. S.XVI

Vivimos presos de nuestra clase política. En los primeros meses de este año presenciamos su burdo intento de crear una “democracia tutelada” y negarle a un porcentaje importante de los electores la oportunidad de elegir a su “Mesías esperado”, el único capaz de acabar con los problemas que aquejan al país. Además, seguimos a merced de sus trivialidades y frivolidad, sucedáneos del trabajo que se requiere de su parte para lograr que México salga de su letargo inducido. Entre difamaciones, escupitajos, corrupción, auto-atentados e impunidad se ha perdido un sexenio más de oportunidades, ya no sólo para capitalizar en desarrollo económico y abatimiento de inequidad el periodo de estabilidad macroeconómica que ha vivido el país, sino para frenar el alarmante deterioro de nuestra competitividad con relación a otras naciones, muchas de ellas competidoras directas de la nuestra. El que haya terminado, aparentemente, el teatro político del desafuero no resolverá estos problemas.

Los participantes de la marcha “silenciosa” tuvieron por lo menos dos motivaciones para asistir a ésta. Quizás no se pueda hablar de dos reclamos claramente diferenciados ya que no son excluyentes, pero indiscutiblemente el destinatario es el mismo: nuestra clase política. Entre acarreados y auténticos convencidos marcharon aquellos que prefieren las posturas a escuchar argumentos y que son más fáciles de impresionar que de convencer. Ellos salieron a expresar un apoyo incondicional que será tan efímero como la esperanza que despertaba nuestro actual presidente, autoproclamado estandarte del inicio de la democracia en nuestro país, poco después de su triunfo en julio del 2000. Por otro lado, marcharon los que tienen la esperanza de que los neo-defensores del estado de derecho no destruyan aquello que tomó décadas de trabajo y un arduo proceso en el que se modificó notablemente el marco institucional de nuestro país: la confianza de la población en los comicios electorales. Además esperan que ahora, que nadie está por encima de la ley y que no existe falla menor, se persiga con la misma intensidad a aquellos que viven en la impunidad por delitos todavía más indignantes y legalmente serios que una ya de por sí grave falta: la violación al derecho de amparo. Este último grupo salió convencido de la importancia de un acto masivo de repudio, sin importar el no estar completamente de acuerdo con el “plan alternativo de nación” de quien encabezó y capitalizó esta protesta.

Los convencidos de que Andrés Manuel López Obrador puede por sí solo resolver los problemas del país son denostados porque, según nuestros políticos, carecen de la “madurez” para elegir responsablemente a sus líderes en este concurso de popularidad en el que todos nosotros hemos convertido a nuestra democracia. Nuestra clase política entiende además que dejarlos elegir al peligroso populista, al “necio que es necesario remover”, acarrearía consecuencias funestas al país. Por esta razón había que acallarlos empleando todos los medios disponibles. Pocas veces se había presenciado tanto empeño de su parte en un asunto político disfrazado como la afrenta más seria que haya sufrido jamás su maltrecho concepto de “estado de derecho”. Tristemente, este último fue uno de los grandes perdedores de esta tragicomedia.

Pero, ¿son ellos culpables de no entender que las promesas de AMLO difícilmente se materializaran sin proyectos concretos que las soporten y sin un trabajo concertado entre todos los grupos políticos que de viabilidad al cumplimiento de las mismas? Y de serlo, ¿se les puede negar el derecho a equivocarse cuando al mismo tiempo se les vende como panacea de todos sus problemas a la tan mentada democracia y se les pasa su onerosa factura? Si consideramos algunos de sus costos, como los más de $600,000 pesos que se presupuestan al mes por diputado federal y los cerca de 5 mil 800 millones de pesos presupuestados para el IFE en el 2004 (esta cifra es cercana al doble en año electoral) es de entender la indignación de la gente al sentir arrebatado lo que es su derecho legítimo.

Los acontecimientos de la semana pasada, aquel destello del potencial de estadista de nuestro de nuestro empequeñecido presidente y el hecho de que la PGR declarara que no procederá legalmente en contra de Andrés Manuel, definitivamente no resolverán los reclamos de aquellos que marcharon ese domingo 24 de abril.

No hay proyecto alguno que pueda sacar a este país de su letanía sin contar con la participación activa de todas sus fuerzas políticas. México no va a salir adelante si en las elecciones del 2006 triunfa Andrés Manuel, el PAN, el PRI o cualquiera. México saldrá adelante si a partir de ese tan esperado proceso electoral se dedican a gobernar TODOS los partidos políticos. No es relevante saber quien ganará, lo importante es saber si a pesar de esto todos los involucrados asumirán su responsabilidad de trabajar y los costos políticos de negociar e implantar soluciones de fondo a los problemas del país.

No se trata de izquierdas o derechas, se trata de que todos estemos representados y seamos gobernados, en sus distintos niveles, por aquellos respaldados por nuestro sufragio. Ejemplificando este punto a nivel estatal, cabe mencionar que recientemente en Guerrero ganó la gubernatura un candidato del PRD, después de un ininterrumpido, y en ocasiones sangriento, gobierno del PRI. Su perfil es empresarial, prefiere negociar con empresarios para el desarrollo de su estado a participar en marchas contra el desafuero y demostró un muy buen trabajo como presidente municipal de Acapulco. Al norte del país, en Nuevo León, después de un sexenio panista que dejó insatisfechos a los neoleoneses y al resto de la población nos dejó un Secretario de Economía que brilla por su incompetencia, el PRI retomó la gubernatura en las elecciones de 2003 con un líder carismático, y en apariencia capaz, que difícilmente repetirá el mal papel que desempeño anteriormente su símil Sócrates Rizzo. Las políticas económicas no son de izquierda o derecha, simplemente son buenas políticas y creo que ambos gobernantes responderán con ellas a los problemas de sus estados.

El panorama a nivel federal es desalentador, y es aquí en donde los reclamos planteados quedarán sin respuesta. Pocas veces se había presenciado una carrera electoral que destacara tanto por su encono. Se trata de una lucha de supervivencia, pareciera que el ganador fuera a “comerse” al resto de sus competidores. Así las condiciones están dadas para por lo menos un sexenio más de parálisis. No habrá un partido que logre mayoría en el Congreso, y mucho menos alguno dispuesto a negociar las reformas tanto tiempo postergadas. Aquellos que apoyan ahora a Andrés Manuel vivirán una desilusión tan o más severa que aquella que aqueja a los que esperaban cambios substanciales después de la salida del PRI de los Pinos. Peor aún para ellos, ¿estamos seguros de ver a AMLO en las boletas electorales? La percepción de invulnerabilidad y frustración que ha generado en sus enemigos puede llevarlos a tomar decisiones cada vez más radicales... No sería la primera vez que esto ocurre en nuestro país.

Mientras tanto, sin temor a equivocarnos, podríamos aseverar que sufriremos otros seis años entre difamaciones, corrupción e impunidad (dudo que alguien repita la puntada del auto – atentado, pero seguramente algo espectacular habrá que esperar). Nuestros anhelos de desarrollo económico, equidad y un mejor nivel de vida para nuestras familias y compatriotas seguirán siendo acallados por el barullo de chismes políticos, confrontaciones y llamados a romper el “diálogo” entre las fuerzas políticas. No habrá buenas políticas económicas ni las reformas que puedan hacer frente a los graves problemas que le estallarán al próximo presidente; al contrario seguiremos percibiendo el ir y venir de propuestas contingentes, muchas veces mal hechas como la del voto en el extranjero, que serán rechazadas o aprobadas para su posterior modificación o derogación.

Somos clases sociales peligrosas, no hay otra manera de justificar tanta incompetencia y dolo por parte de los que deberían representarnos. La solución no se encuentra en las marchas, ya que si bien logran desalentar a algunos necios, no lograrán terminar con la irresponsabilidad y la impunidad que lleva a nuestros legisladores a evitar el trabajo serio que requerimos de ellos. Vivimos y viviremos presos de nuestra clase política, ¿hasta cuando?



El autor es Licenciado en Economía por el ITESM y actualmente trabaja como asistente de investigación en la Unidad de Pobreza y Desigualdad del BID. Comentarios: pavell@iadb.org