Tuesday, May 17, 2005

Realidad nacional en descomposición

Por Luis Armando Colosio.

Por una democracia mal entendida. Incendios de edificios públicos, linchamientos, saqueos, motines, atentados, una constante. La falta de respeto a las instituciones y a la ley está de moda. Es producto de una democracia mal entendida, donde las cúpulas del poder la ignoran, y en consecuencia también un segmento de la población denominada por los estudiosos como “periferia hiperactiva social”.
Los capitalinos todavía no han visto lo peor –como es el penoso espectáculo ofrecido por las mujeres desnudas en la calle o el vandalismo del pasado 2 de octubre–, advirtió el sociólogo José Fernández Santillán, investigador y catedrático del Tecnológico de Monterrey, campus ciudad de México.


“La falta del respeto a los demás ciudadanos, pero sobre todo a las instituciones, es como una bola de nieve, que va creciendo”, dijo. Recordó que Carlos Marx decía en sus obras, “si los de arriba tocan, porqué los de abajo no podemos bailar”, esto en referencia al mal ejemplo que las clases gobernantes hacían –y continúan haciendo– a las grandes masas sociales oprimidas, que deciden en un momento dado, imitarlas.
“Veámonos en el espejo qué ofrecen países como Bolivia, Argentina, Perú, Colombia”, advirtió el doctor Fernández Santillán, al exponer que las inconformidades sociales destrozaron la convivencia pacífica de la sociedad.


Así en México se avecinan en forma más frecuente, drástica y atemorizante: incendios de edificios públicos, linchamientos, saqueos colectivos, motines, atentados contra instalaciones eléctricas y petroleras, asesinatos en nombre de la justicia popular, decomisos del pueblo, atentados contra jueces o funcionarios, ataques contra políticos deshonestos, a dueños de empresas, hacendados, banqueros y capitalistas en general.

Errores del gobierno
Para el doctor en “ideas políticas” por la Universidad de Turín, Italia, explicó que la demostración de las Mujeres de los 400 pueblos no es nueva, desde el punto de vista de la falta de respeto a las instituciones.
Los crímenes políticos de Luis Donaldo y Ruiz Massieu; la tolerancia al rebelde EZLN (que ya hizo otro estado dentro de Oaxaca ante la indiferencia del gobierno); la sospecha popular a la Iglesia católica en el narco y casinos; los fallos erróneos de jueces a poderosos e influyentes; los machetes de San Salvador Atenco; los caballos dentro de la Cámara de Diputados; los asesinatos de ciudad Juárez; el contrabando; las injusticias laborales, son pinceladas de una realidad compleja de la descomposición.


“El Estado (gobierno federal y local) han fallado en hacer respetar la ley, y han favorecido esa descomposición social”, volvió a advertir. “Existen grupos minoritarios, que son pocos representativos de la población en general. En su afán de atraer la atención de los medios informativos, usan métodos más extremosos”, explicó. El historiador Roger Bartra –añadió– los califica como “periferia social hiperactiva”, que tiene muchas facetas, orígenes y objetivos. Pueden ser autónomos, o pueden ser inducidos.

Signos de debilidad oficial
Para el también doctor de Liderazgo por la Universidad de Harvard, entre la principal causa de la descomposición pública se encuentra “la debilidad del Estado”. “El actual gobierno no obedece la ley, sino la desobedece”, y esta actitud se convierte en una forma de relación entre las bases sociales respecto a las cúpulas de poder. El caso del Cardenal Sandoval que no fue sujeto de la ley; el caso de los Amigos de Fox (que aún con sus ilícitos el gobierno no perdió legitimidad); la parcialidad de la PGR en varios casos muy sonados, incluyendo el anterior; los disturbios de Cancún; la parcialidad del IFE; el vandalismo de 2 de octubre en la capital; “son sólo eslabones de una larga cadena que aún estamos muy lejos de ver el extremo final”, comentó el doctor José Fernández Santillán.


“Es una tónica de actuar que se hace costumbre”, agregó. Y como tal, nadie reacciona, porque influye el cinismo, la complicidad, la falsa tolerancia, el íntimo reconocimiento a las actitudes.

Democracia y anarquía
Además, la irreverencia ocurre también debido a una confusión de la democracia con la anarquía. “Por eso podemos decir, que México en vez de vivir una nueva etapa democrática, vive una democracia en prematura decadencia, ilustró el especialista. Los propios políticos, funcionarios y legisladores justifican la falta de respeto a la ley con la pluralidad. John Hall, sociólogo de la Universidad de McGill, de la ciudad de Montreal, Canadá, dijo que la falta de respeto a las instituciones, “es un empate fascistoide”, recordó. Es decir, “facciones de la izquierda extrema, abanderan causas supuestamente populares, y en ese torbellino sacan a flote los resentimientos sociales, causa de la pobreza, la ignorancia, codicia, injusticias que provoca desde hace dos décadas el sistema económico neoliberal, ilustró.


En este aspecto, el doctor Fernández Santillán –quien es discípulo y traductor del científico italiano Norberto Bobbio– aseguró que la descomposición de la paz pública en México, es una secuela de la política económica neoliberal, que concentra cada vez más la riqueza en unas cuantas manos, y cuyas consecuencias extremas aún no somos testigos, como testigos ya son poblaciones enteras de América del Sur.

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