Thursday, October 20, 2005

Alianzas

Por Katya Izquierdo Herrera.

Quisiera comenzar diciendo que resulta imposible hablar de las Relaciones Internacionales sin referirse a las alianzas. Las alianzas han sido usadas por años como una forma de estrategia efectiva para la obtención de metas específicas a plazos. Éstas han servido, y siguen sirviendo, como método lógico de un estado o “party” para el logro de objetivos, que a modo aislado, les serían muy difíciles o imposibles de obtener.

Para entender la importancia contemporánea del rol o papel de las alianzas en el Sistema Internacional, es importante dar a observar primero, el cómo éstas han sido tradicionalmente concebidas como instituciones en el sistema de estados. Como bien se puede constatar al revisar la literatura existente en el tema, éste presenta en sí mismo un problema al tratar de separarlo de otros términos que se suelen confundir con el término “alianza”, y que de hecho, usualmente se han utilizado para nombrarlas y definirlas. Sin embargo, éstas han sido tradicionalmente una especie de vínculo entre estados o “parties” en contextos específicos.

Quisiera subrayar, entre otras cosas, tres tipos básicos de alianzas: las que agrupan un interés común en relación con el balance de poder, las que surgen de comunidades de intereses entre estados y aquellas para balancearse en contra de una amenaza externa (versión empleada por Walz). Sin embargo, el contexto actual nos obliga a no dejar de lado las alianzas con fines comerciales, tan utilizadas actualmente bajo el supuesto de que los estados se encuentran unidos también (y mayoritariamente en los últimos años) bajo una diplomacia económica mundial.

Asimismo, es importante hablar de aquellas alianzas unidas por sentimientos o lazos culturales que mantienen a estados unidos frente a aquellos que le pudieran ser ajenos (el “otro”) o incluso amenazantes. Se trata de la cotidiana defensa e imposición de los valores occidentales sobre el resto del mundo, y el resto del mundo revelándose contra ellos y tratando de contra imponer los suyos, por ejemplo bajo el uso de la fuerza militar y/o alianzas militares.

La hipótesis en torno al tema de las alianzas, a la que yo personalmente le apuesto, sería la siguiente: Siguiendo tanto la teoría del balance de poder como otras teorías complementarias, el conformar alianzas como estrategia efectiva para el logro de objetivos específicos ayuda a los Estados a no sólo legitimar sus propósitos, sino también a conseguir apoyo en aquellas tareas que de forma aislada les resultarían muy costosas en cuestiones financieras y de toma de riesgos. Esto, en mucho por lo anteriormente dicho, y debido a que las alianzas han sido empleadas para dar legitimidad a un movimiento o acción en contra de algún tercero, como lo fue el pasado, pero muy fresco caso de la alianza vs. “the evil empire”, al cual ya anteriormente Reagan y Thatcher se habían referido en Westminster para hablar del papel de la URSS en épocas de la Guerra Fría.

Las alianzas son totalmente utilitarias en su última justificación. Por tanto, no es tarea fácil el logro de una convención suficiente en cuanto a intereses comunes dentro del actual marco ampliado de Sistema Internacional, como para permitir la creación de consensos adecuados para el surgimiento y mantenimiento de una Sociedad Internacional al estilo que proponen autores como Bull. Sin embargo, hay que tener en cuenta el hecho de que elementos de sociedad sí se logran vislumbrar para la creación de reglas. Algunas normas podrían añadirse para permitir el desarrollo de juegos considerables de arreglos y sistemas de alianzas de un orden diferente a la simple militar o amenazante estructura de alianza por parte de los realistas.

La estructura compleja del sistema contemporáneo cuenta con la premisa de que el sistema es una expresión de por lo menos algunos valores compartidos. Así, vemos que tanto alianzas como tratados dependen de dicha premisa para lograr la eficacia deseada. En lo que concierne a las alianzas, las implicaciones consisten en que el área en donde existe la mayor necesidad y la mejor posibilidad de cambio yace en la construcción de regímenes que se concentran en amenazas hacia los elementos de sociedad en el sistema, en lugar de solamente en las mecánicas del sistema por sí mismo. Por esta razón, temas como los derechos humanos y el medio ambiente deberían de ser prioritarios como áreas temáticas para la creación de regímenes. De acuerdo con Rengger, esto requerirá de la creación de un régimen que una tanto aspectos sistémicos como “societales”. Por ello es que se subraya la formación de alianzas para dichos fines.

Entonces, las alianzas no tienen por qué estar peleadas con la creación de regímenes. Más aún, éstas, aunque sea a modo informal, podrían dar paso a los regímenes. Dichos regímenes brindarán certidumbre a ciertas temáticas importantes contemporáneas, al tiempo que las alianzas y tratados ayudarán a dicho fin.

La teoría de las alianzas logra explicar casos como el de la OTAN. La teoría del balance de poder demuestra cómo la formación de la OTAN y su siguiente persistencia pueden ser entendidas como una respuesta por parte de sus miembros ante una amenaza puesta por una Unión Soviética ideológicamente hostil y militarmente fuerte. Las teorías económicas de las alianzas revelan cómo el tamaño relativo de los países pertenecientes a la OTAN, y el grado de los resultados de su gasto militar, pueden ser caracterizados como bienes públicos y como influencias en la magnitud de sus esfuerzos defensivos
[i]. Sin embargo, dichas teorías siguen en proceso de mejora, y un mayor cuidado en su aplicación al caso concreto de la OTAN, es aún requerido. Se debe decir que los acercamientos aquí citados ameritan todavía un futuro y mayor desarrollo. Queda claro, que no debemos dejar de considerar el impacto de la ideología y el carácter institucional para la conformación de una alianza.

Una inspección minuciosa de las fases evolutivas de la OTAN, sugiere que la teoría del balance de poder, por sí sola, no puede satisfactoriamente explicarlas. Lo que en realidad existe es un escenario mucho más complejo para la continuación de las alianzas. La persistente existencia de la OTAN implica que los estados liberales, basados en las ideas de democracia, pluralismo político y estado de derecho, seguirán inclinándose hacia el mantenimiento de alianzas, aún en ausencia de una amenaza externa. Con ello, reafirmo la hipótesis que anteriormente sugerí. Termino con la idea de que la OTAN ciertamente se ha debilitado, más eso no implica que ésta u otras alianzas vayan a quedarse en el olvido y que éstas ya no se creen más en un futuro próximo y lejano.


Bibliografía.-
- Snyders, Glenn H., Alliance Politics, Cornelll, 1997.
- Rengger, Nicholas, Treaties and Alliances of the World. UK: Longman Current Affairs, 1990.
- Walt, Stephen, Alliances: Balancing and Bandwagoning, en Art y Jervis.
- Bull, H., The Anarchical Society: A Study of Order in World Politics, caps. 1-3.
- Duffield, John, The North Atlantic Treaty Organization: Alliance Theory en Explaining International Relations since 1945, Oxford:
Oxford University Press, 1996 y 2002.
- Kann, Robert F., Alliances vs Ententes, World Politics XXVIII , 1976.
- Berridge, G. R., Ententes and Alliances. The review of International Studies, vol.15, no. 3, 1989.
- Booth, Ken, Alliances. Contemporary Strategy 2nd ed., Londres: Croom Helm, vol. 1, 1987.
- Walt, Stephen, Alliances in theory and practice: What lies ahead? en Journal of International Studies, Vol. 43, 1989.
- Walt, Stephen, Walt, The Origins of Alliance.

[i] Duffield, John, The North Atlantic Treaty Organization: Alliance Theory en Explaining International Relations since 1945, Oxford: Oxford University Press, 1996 y 2002.




La autora es Licenciada en Ciencia Política por el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, y Maestra en Estudios Internacionales por la EGAP en coordinación con la Universidad de Georgetown. Comentarios:
moonaime@hotmail.com


No comments: