Wednesday, January 19, 2005

Nuestros Tiempos

Por Ernesto Catañeda.

En 1956, el sociólogo Americano Charles Wright Mills escribió un libro llamado “La Élite del Poder.” Este es un libro que a pesar de haber sido escrito en los años cincuenta, sigue siendo relevante. En esta obra C. Wright Mills no sólo hizo un gran trabajo describiendo el Estados Unidos de su tiempo sino que también pudo prever con su imaginación y análisis sociológico lo que esta sucediendo en nuestros tiempos. Mills hace un análisis de la elite rural parecido al de Thomas Frank en su “What’s the Matter with Kansas” (2004).

Mills indica cómo la clase alta americana nunca tuvo éxito en establecer un prestigio aristocrático y cómo pasó de ser una clase propietaria a ser una clase administradora, trabajando en altos puestos de bancos y corporaciones; de ser una elite local a una elite nacional. Mills muestra la estrecha relación entre lecho familiar, nivel socio-económico, tipo de educación y la pertenencia a un cerrado grupo influyente y boyante. Mills ve como mitos convenientes para la elite en el poder la creencia en la meritocracia, la igualdad de oportunidades, el sueño Americano, la economía automática y la lucha de interés políticos que resultaría en un balance idóneo. Mills prueba lo similar que son las trayectorias de los principales hombres que tomaron las decisiones económicas, políticas y militares más importantes en la primera mitad del siglo veinte.

A Mills le molesta que los miembros de la elite siempre tengan en cuenta a otros de sus miembros cuando toman decisiones. Sin embargo, a pensar de su discurso, relaciones públicas y pretensiones nunca toman en cuenta los intereses de otros grupos sociales. Junto con Schmitt, Mills crítica el carácter verdaderamente democrático de los Estados Unidos y el mito de la soberanía popular, al mencionar que es un reducido grupo el que toma la mayor parte de las decisiones o deja de tomarlas de manera irresponsable.

Un aspecto que preocupaba a Mills eran las armas nucleares y qué hacer al respecto. Es interesante que Mills haya muerto escasos meses antes de la Crisis de los Misiles en Cuba donde el Armagedón fue evitado gracias a un buen juicio contingente y, de acuerdo con Mills, no a una decisión ya tomada, deliberada públicamente o a limites estructurales. Mills fue uno de los primeros en llamar la atención sobre la convergencia de intereses entre los ramos político, económico y militar en lo que ahora hemos dado por llamar “sector militar-industrial”.

Mills habla de cómo ejecutivos de corporaciones, políticos y militares cada vez intercambian sus posiciones y pasan de ser directivos de empresas a políticos, o de políticos a consultores, de generales a políticos y luego a embajadores o a miembros de consejos empresariales. La administración de Bush II provee algunos ejemplos de esta índole, tales como Dick Cheney quien estuvo muchos años en Halliburton, una compañía con suficientes contratos militares, incluyendo e alimentación a el ejército apostado en Irak. O el caso de Colin Powell, quien pasó del ramo militar al ramo político/diplomático como Secretario de Estado del primer periodo de George W. Bush. Está por demás recordar todas las relaciones con bancos y con la industria petrolera dentro y fuera de Texas.

Mills fue uno de los primeros en hablar de Estados Unidos como una economía de guerra incluso en tiempos de paz y se mostró en contra de las políticas imperialistas yanquis en Latinoamérica. En una de sus mejores predicciones, Mills advierte sobre el aparecimiento de un sentimiento conservador en contra del “New Deal” (nuevo trato), el cual si bien no destruyó a la elite en el poder, le dio más peso a otros grupos sociales en este nuevo reparto. En relación a esto, el autor relata cómo los empresarios se las ingenian para evadir impuestos y cómo se fijan como objetivo acabar con el estado protector. Mills también advierte sobre el sentimiento conservador de muchos miembros de la academia, como Alan Wolfe quien hace un epilogó bastante negativo de su libro.

Mills comenta que a pesar de las imágenes que expone Hollywood en el exterior, Estados Unidos es un país conservador pero sin una ideología. Habla de cómo el liberalismo ha sido extendido de tal manera, que ha perdido poder como teoría, ya que bajo este término se cobijan todo tipo de programas y metas. Sin embargo, al no tener un pasado claro al cual regresar y debido a la paradójica necesidad del cambio constante y de los mitos americanos, no se puede hablar de un conservadurismo clásico que justifique a una elite gobernante. En lugar de esto, a pesar de su influencia, la elite en el poder se mantiene lejos de la vista del público. Y por medio de publicistas, estos grupos, que a veces han acogido a las nuevas celebridades mediáticas, han tratado de crear una sociedad masiva. Sociedad en donde en lugar de un público con una voz y opinión real o relevante, se tenga a una sociedad de masas a la que se trate de convencer por medio de propaganda, manipulación, declaraciones de estados de crisis y guerra permanentes, y de que el status quo es la mejor y única situación posible.

Con su criticismo social C. Wright Mills nos da mucha información para conocer los mecanismos del poder en los Estados Unidos de América al fin del milenio y nos hace preguntarnos cómo se relaciona este estudio con las situaciones en otros países.


El autor es estudiante del Doctorado en Sociología en la Universidad de Columbia. Comentarios: ernestoforo@yahoo.com

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