Monday, November 29, 2004

Responsabilidad Conjunta

Por Roberto Valdez Beltrán.

Partiendo de que el ser humano es la criatura más compleja e impredecible sobre la faz de la tierra, es complicado abordar discusiones éticas e ideológicas. Lo anterior no justifica el hecho de relegar este tipo de temas, no así, es vital dedicar un espacio de reflexión en el cual se analice la función de los principales actores de México: gobierno y sociedad.


La ventilación de hechos como el “Bejaranazo”, el Pemexgate, los “Amigos de Fox” y hasta cirugías plásticas financiadas por fondos públicos, son apenas pocos ejemplos que podríamos retomar, y así hacer conciencia de que ya no estamos acostumbrados a festejar y ser cómplices en el silencio de actos burlescos que cuestionan la capacidad de autocrítica del mexicano. Indudablemente, nos encontramos en una etapa en la cual buscamos edificar nuestro futuro próximo, y en medio de la confusión, construcción y cambio habrán sacrificados (culpables o chivos expiatorios; como guste ponerle) que deben alertar a quien no crea en un México más saludable.



En una problemática de responsabilidad conjunta, el universo de acciones y opiniones puede volverse una maraña integral de soluciones superfluas. Eficazmente, las leyes de un País deben converger a desintegrar dicha escabrosidad, y esclarecer el camino a seguir. Lo interesante de este ejercicio de reflexión, es indagar si verazmente las nuestras nos encaminan por la vía inequívoca. Refiriéndonos sin escollos a la corrupción y a la impunidad ¿tendremos los elementos suficientes para aseverar que vamos por el mejor camino? Tal vez no. Cuestionándonos de tal forma debemos coincidir en que el despertar de una sociedad más comprometida y solidaria es irrevocable.



Olvidémonos un poco de nombres y títulos ¿A caso no siente cansancio de ver los mismos encabezados, los mismos hechos? Hablemos un poco de ideologías y objetivos comunes. Las diversas ideologías políticas debieran ser como las religiosas, en el sentido de que todas convergen a un mismo “Ser Supremo” (un mismo fin). El problema es que la mayoría de las veces la izquierda, el centro y la derecha no son más que posiciones confrontadas por “intereses comunes” (¿de qué comunes?), que debilitan la responsabilidad conjunta: la erradicación de la pobreza, la alfabetización, el crecimiento económico sólido y sostenido, etc.



Los partidos políticos exhiben posiciones, los políticos redundan sin obtener resultados objetivos y la sociedad reniega por no tener el respaldo de un gobierno suficientemente profesional, que cumpla las demandas impuestas. El grotesco juego presidencialista nos deja muy claro que los intereses banales son los que siguen prevaleciendo. Las continuas denuncias públicas y múltiples cacerías de brujas, nos demuestran que queda mucho por hacer. Nuestra clase política deberá meditar los hechos. La pregunta individual debe ser ¿cuál es el papel que juego en este proceso? Y la respuesta es sencilla si tenemos una familia, un trabajo, un estudio por concluir o una simple responsabilidad, pues a toda siembra corresponde una cosecha. Aún, si cumplimos cabalmente nuestras responsabilidades ¿debemos sentir plena satisfacción? Viviendo en subdesarrollo creo que no.


Las tareas que desempeña el gobierno si son “muy importantes”, desde luego, pero las que afrontamos como sociedad poseen un mayor trasfondo. Si pensamos que tenemos lo que merecemos, entonces debemos reconocer que no hemos cumplido cabalmente con nuestra parte.

El autor es Licenciado en Economía por el Tecnológico de Monterrey. Comentarios: tingio@hotmail.com

No comments: